jueves, 3 de octubre de 2013

DESNUDOS EN EL ARTE: REFLEXIONES




"Olympia" es un cuadro pintado por el pintor francés Ëdouard Manet en 1863. Sin embargo, la obra no se expuso hasta 1865 en el Salón de París, en donde causó un gran escándalo por tratarse de un desnudo realista en un momento en que el público se inclinaba por una estricta moral de tipo puritano.
Lo que me impulsó a escribir este artículo fue que los contadores estadísticos de mi blog indican que gran cantidad de lectores llegan al mismo bajo la búsqueda de “mujeres desnudas” y se instalan por doquier filtros para que los niños no puedan ver imágenes desnudas, aunque “se fabrican” por año decenas de películas súper violentas “para niños y adolescentes” -de horror por ejemplo, en las que los niños ríen mucho- y la misma TV muestra imágenes desgarradoras de violencia y extrema pobreza, ya que esta última no molesta ni ofende a nadie. La pornografía es algo muy distinto al arte.
Ahí me acordé de otra gran injusticia cometida contra una de las mejores, sino la mejor, escultora argentina del Siglo XX: Lola Mora (1866-1936)
En su principal escultura “La Fuente de las Nereidas” también llamada “La Fuente de Lola Mora”, se ven cuerpos femeninos desnudos como pueden apreciar:
By Gino Lucas Turra (Own work) [CC-BY-SA-3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons


Esta espléndida escultura tuvo su primer emplazamiento muy cerca de la Casa Rosada (De Gobierno) pero la presión de las "ligas moralistas", que además de quejarse de los desnudos de la obra no toleraban ver a Lola Mora trabajar en pantalones en su taller, obligaron su traslado a un lugar en ese entonces alejado: la Costanera Sur, en donde aún se encuentra. Desde esa época la escultora comenzó a padecer una suerte de ostracismo, aunque pudiendo irse de su país prefirió quedarse en su tierra. 
Acosada por la censura Lola Mora escribió al respecto:
"Cada uno ve en una obra de arte lo que de antemano está en su espíritu; el ángel o el demonio están siempre combatiendo en la mirada del hombre. Yo no he cruzado el océano con el objeto de ofender el pudor de mi pueblo; me horrorizaría pensar que alguien haya imaginado semejante cosa (...) Lamento profundamente lo que está ocurriendo, pero no advierto en estás expresiones de repudio -llamémosle de alguna manera- la voz pura y noble de este pueblo. Y ésa es la que me interesaría oír; de él espero el postrer fallo." 
Y no se equivocaba Lola Mora ya que los que ven "pecado" en las obras de arte o en el cuerpo humano poseen una óptica distorsionada y/o perversa en el sentido psicológico.
En otro escrito dice la escultora:
"No pretendo descender al terreno de la polémica; tampoco intento entrar en discusión con ese enemigo invisible y poderoso que es la maledicencia. Pero lamento profundamente que el espíritu de cierta gente, la impureza y el sensualismo hayan primado sobre el placer estético de contemplar un desnudo humano, la más maravillosa arquitectura que haya podido crear Dios"
Retrato de Lola Mora.  


La desnudez nos acerca a la naturaleza de la que estamos divorciados y su representación artística en pintura o escultura produce una elevación del espíritu o sublimación que fue reconocida por Sigmund Freud, Melanie Klein y en las antípodas por el mismo Juan Pablo II.


Dice Freud en “El Malestar en la Cultura”: “Como ya sabemos, el arte ofrece satisfacciones sustitutivas compensadoras de las primeras y más antiguas renuncias impuestas por la civilización al individuo -las más hondamente sentidas aún-, y de este modo es lo único que consigue reconciliarle con sus sacrificios. Pero, además, las creaciones del arte intensifican los sentimientos de identificación, de los que tanto precisa todo sector civilizado, ofreciendo ocasiones de experimentar colectivamente sensaciones elevadas. Por último, contribuyen también a la satisfacción narcisista cuando representan el rendimiento de una civilización especial y expresan en forma impresionante sus ideales”…

Ha dicho Juan Pablo II en su Catequesis del 6 de mayo de 1981: 'En el decurso de las distintas épocas, desde la antigüedad -y sobre todo, en la gran época del arte clásico griego- existen obras de arte cuyo tema es el cuerpo humano en su desnudez; su contemplación nos permite centrarnos, en cierto modo, en la verdad total del hombre, en la dignidad y belleza -incluso aquella 'supresensual'- de la masculinidad y feminidad. Estas obras tienen en sí, como escondido, un elemento de sublimación, que conduce al espectador, a través del cuerpo, a todo el misterio personal del hombre”...

                     
Fuentes: http://es.wikipedia.org/wiki/Lola_Mora; "El Malestar en la Cultura" S. Freud.
 
 

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