lunes, 3 de septiembre de 2007

Notas Sobre un Sol de Palabras



Una poeta joven y talentosa, manifiesta en su última entrada, algo que escucho mucho y, que dada la cuestión también me afecta a mí. Débora Hadaza, que de ella se trata, en su blog Notas Sobre un Sol de Hielo, deja correr un escrito exquisito, que nos hace recordar tal vez que eso mismo, es la materia de la que estamos hechos.

Cualquiera podría identificarse con lo que Débora bellamente describe. Vamos, que nos pasa a todos en alguna época.

La materia de nuestros sueños no, no se corresponde casi nunca con lo que debemos atravesar. El triunfo mismo es relativo, y es evidente que algo nos falta. No hablo del dinero, sexo, mujeres, poder u otros bienes que `podrían' sernos accesibles (con bastante imaginación).

Pero ese es el truco, la farsa o el engaño que debemos sostener, fuertemente entre las manos, sin ceder ni en las palabras. Debemos atravesarlo. No podemos rehuir del desigual lance que nos propone la suerte.

Tal vez eso lo vivamos todos, pero Débora, tu lo resumes, dando un nuevo sentido a la vulgar condición humana, de la que no escapamos-ni uno.

Entonces si hay momentos de luz y recuperación.

Vean Uds. si no lo que compuso Débora, con ese malestar que sentimos todos... ese embrujo de palabras combinadas, justicieras y sumamente bellas produce la diferencia.
Por todo esto y muchas cuestiones más es que debemos cimentarnos, ¡cueste lo que cueste!. No le perdonaría a Débora que abandonara, que dejara de producir cosas bellas pese a todo... así somos!.

Débora Hadaza :

Todo lo que anhelo, proyecto, realizo, deja de tener valor una vez logrado...



Me he cansado en desear y soñar, hastiado estoy del desencanto, del sabor a papel de lo que otros llaman triunfo.




Todo es pequeño, todo es finito, todo es mejorable, todo es inconcluso, todo es un esfuerzo continuo para alcanzar viento, todo es aire entre los dedos. Toda obra concretada patenta mi mediocridad.



Sueño continuamente con atravezar un mar, ancho, furioso, oscuro; me fatigo, mis músculos arden de esfuerzo, mi rostro esta tenso para tocar orilla, y al despertar como al llegar, veo que era sólo un pequeño charco; toda mi lucha fue un rídiculo cansancio de torpe nadador de alberca.




3 comentarios:

  1. Victor gracias:

    Usted es muy amable, y me siento muy honrada con su post, gracias por tomar asi mis palabras, y por replanterarlas aqui, le mando un gran abrazo, mucho respeto, admiracion, y amistad...

    gracias de verdad!!!

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  2. Me encantaría, alguna vez, sentir un mínimo triunfo. Nunca tuve uno. Cuando lo rocé, todo se desvanece y llega mi amigo el fracaso. Tanto en estudio, como en trabajo, como amor... Todo termina igual, de manera desastroza.

    En fin...

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  3. ahh y se me olvídó decirte:

    que chida foto!!!

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