miércoles, 30 de mayo de 2007

ESCLAVO DE UNO MISMO


NINGUN HOMBRE ES UNA ISLA

Las personas necesitamos de los demás siempre.

Forma parte de nuestra propia vida como personas, porque para vivir desde que nacemos necesitamos a mamá. Esto nos produce una marca registrada que nos hace buscar en todas las etapas de la vida la compañía de los demás.

El inconveniente es que uno puede volverse esclavo de otra persona, de un trabajo, de una institución o de algún amor. ¿Qué como nos damos cuenta?... cuando necesitamos imperiosamente de la aprobación de otro/otros para vivir. Simple.

Cuando somos incapaces de tomar decisiones, de seguir nuestros propios caminos, lleven adonde sea, y nos sometemos a la voluntad de Otro.

Cuando no logramos dar con quienes contengan nuestras necesidades de cariño y afecto, en algunos casos recurrimos compulsivamente a ciertas “costumbres”… vicios le decían los viejos de mi barrio, la pastillita mágica.

La necesidad de satisfacernos YA de nuestros dolores y angustias muchas veces nos llevan A LA NECESIDAD IMPERIOSA DE CONSUMIR ALGUNA PERSONA O SUSTANCIA… para poder seguir adelante.

Adicto significa “esclavo”. Alguien “obligado imperiosamente”. Pero muchas de las esclavitudes las producimos nosotros mismos, sin culpa ni intención alguna. Forma parte de nuestro ser.

Por eso son importantes los límites. Saber decir que No.

Poder decir que no, poder detenerse a tiempo.

Las adicciones menores: tabaco, alcohol, pastillas recomendadas por la vecina, el trabajo excesivo (Trabajocólicos), las compras desmesuradas para aliviar la tensión (Comprocólicos), la adicción al sexo, al juego, al Internet, al televisor y a las drogas ilegales como cocaína, marihuana, heroína, y la “adicción” (aunque no se diga así) a determinadas personas… vaya si comprenderán lo que digo… tienen todas elementos en común:

1) Crean dependencia física o psicológica que significa que uno empieza y no puede parar aunque crea que sí. Es el caso de los locos por el sexo, fumadores empedernidos, los alcohólicos, los adictos a los juegos del Internet, a la televisión. Se sabe cuando empiezan pero nunca cuando paran.

2) Cada vez necesitan más de esa persona o situación por el fenómeno de “tolerancia”. Nos acostumbramos a la dosis y ésta deja de ejercer su efecto, la duplicamos. El cuerpo y la psiquis se acostumbran a la situación y pide más. Más cigarrillos, más alcohol, más drogas, más televisión, más computadora, más compras, más trabajo, más amor y por estos hábitos o adicciones se pierden de vivir, así de simple.
Construyen su vida dependiendo de una sustancia, nicotina, alcohol, cocaína, o una situación (Juego, trabajo, compras, Internet), o una persona (las adictas al amor, las que aman demasiado, las que dependen de un marido tiránico). Y

3) Síndrome de abstinencia, significa que si comienza a faltarles la sustancia, situación o persona empiezan a sufrir una serie de síntomas físicos y psicológicos: temblores, ansiedad extrema, necesidad de la "droga", irritabilidad, ataques de cólera, vacío interno que es una experiencia devastadora, porque esa droga o situación está remplazando su vida. Está adicta, que significa "esclava". No puede vivir sin ella/él. ¿Desea enrolarse en las galeras para remar con cadenas?

Así somos los más enfermos de nosotros, y nadie puede arrojar la primera piedra ¡!.

Visto así parecería que estamos perdidos, que somos víctimas irremediables de un destino cruel, pero no es así desde que existe la responsabilidad personal y la elección de las situaciones.

Sin transformarnos en el “Satánico Dr. NO” podemos corrernos de este tipo de tiranías para disfrutar de la vida sin esperar que nos den permiso para hacerlo. Cuando uno no elige sobre su propia vida, otros se encargan de hacerlo. De ninguna manera señores.

Por eso próximamente escribiré sobre las diversas formas que puede adoptar nuestro ser, sobre el amor y la creatividad aplicada a nosotros mismos.

Porque en cualquiera de nosotros yace la posibilidad de escapar de estas trampas de la vida humana, aunque a veces haya que pedir un poco de ayuda o de orientación.


2 comentarios:

  1. Bien tu has experimentados síntomas físicos por alejarte de tu adiccion al amor? temblores, escalofrios, ansiedad que te saque ronchas? pues si no es asi tendré que ir al siquiatra, jaja

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  2. Estimada Débora, te felicito por tu comentario, porque de eso yo tampoco escapo.

    Sufro de una desmesura en todos mis sentimientos. Como tal vez, tu misma.

    No vayas al psiquiatra porque no te hace falta,
    pero te ruego que no me hagas declarar que es divertido pasar una noche en vela y mirando al techo, porque echo de menos una mirada o porque la rosa, es espinosa.

    De carne somos; por eso duele.

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