martes, 18 de diciembre de 2007

EN DEFENSA DE LA AUTO-AYUDA


Muchos intelectuales y pensadores de toda clase, opinan que los libros de auto-ayuda son una literatura menor, algo que leen quienes no se animan a mirar telenovelas, participar de las nuevas iglesias de dios, estudiar con detalle los problemas, psicoanalizarse para hallar el sentido propio de la vida, triunfar de alguna forma (Winner), u obtener de una vez por todas los cinco minutos de fama que todos merecemos (¿?).



Pero la verdad es que los sujetos hacen todas las cosas antes mencionadas, y muchísimas otras más (televisión compulsiva, cultos diversos, adicciones varias, religiones orientales, versiones edulcoradas de la vida que poco tienen que ver con la realidad, variaciones sexuales, mirar películas pornográficas y un millón de etc) y otra serie de actividades que no figuran ni de lejos en las teorías académicas convencionales.



El arte de vivir no se enseña, no se aprende, en ninguno de los circuitos tradicionales ni los más extraños o sofisticados, exceptuando quizás al Budismo Zen. El arte de vivir es muy difícil y criticar a los que perdieron en el casino de la vida, es muy sencillo = Descalificarlos. Una especie de xenofobia intelectual, típica los que utilizan sus títulos universitarios y curriculums como Marca Registrada. Fashion, ¿no?...



No hay una escasez de materiales de lectura. Lo que ocurre todos los días en el ámbito secular, siempre que uno sepa leer, claro está -porque hay cientos de millones de habitantes de la tierra que no saben leer- pueden acudir a algunos materiales básicos que les permitan comprender el mundo en que viven.



Las personas de carne y hueso no saben qué cosa es el multiculturalismo, Jacques Lacan, Vivianne Forrester, Jurgen Habermas, Noam Chomsky, Slavoj Zizek, Zygmunt Bauman. Desconocen casi por completo al "mundo central" de la literatura y la poesía.

Ignoran por qué deberían leer tamaña enciclopedia para comprender lo que les ocurre en su vida diaria. Tampoco es necesario que lo hagan.




Sin ofender a nadie, quiera Dios, Enrique Santos Discepolo, escribió hace más de 70 años un tango que resumen la idea general, bastante bien.



1935


Letra y Música: Enrique Santos Discépolo.


Que el mundo fue y será una porquería,ya lo sé;

en el quinientos seis y en el dos mil también;

que siempre ha habido chorros,maquiavelos y estafaos,

contentos y amargaos, valores y dublés,

pero que el siglo veinte es un despliegue de maldá insolente

ya no hay quién lo niegue;vivimos revolcaos en un merengue

y en un mismo lodo todos manoseaos.



Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor,

ignorante, sabio, chorro,generoso, estafador.

Todo es igual; nada es mejor;

lo mismo un burro que un gran profesor.

No hay aplazaos ni escalafón;los inmorales nos han igualao.

Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición,

da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos,caradura o polizón.



... Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida,y herida por un sable sin remaches ves llorar la Biblia contra un calefón. Siglo veinte, cambalache problemático y febril;el que no llora, no mama,y el que no afana es un gil. Dale no más, dale que va,que allá en el horno nos vamo a encontrar. No pienses más, echate a un lao,que a nadie importa si naciste honrao. Que es lo mismo el que labura noche y día como un buey que el que vive de los otros,que el que mata o el que cura o está fuera de la ley....


Puede argumentarse que esa letra favorece el conformismo, el individualismo, el pesimismo, la falta de compromiso. Se puede argumentar lo que se quiera... espero !.


Si esta expresión poética no tuviera importancia alguna, no hubiera sido prohibida o "cajoneada" por diversos gobiernos.



Como no podemos ser todos universitarios, todos académicos, ni abarcar la infinita complejidad del sentido de la vida ni de los tiempos que corren, defiendo el derecho que cada uno se defienda como mejor pueda.



Los peces, infinitamente sabios, saben perfectamente que como su medio es el agua, deben nadar y vivir dentro de ella si desean sobrevivir. Nadie en absoluto podrá explicarles los beneficios del aire puro de vivir en las sierras.


Por este mismo motivo puede comprenderse que los ciudadanos comunes y corrientes tengan una sana alergia hacia todo lo que no logran comprender del todo bien. La repulsa generalizada hacia los poderosos, políticos, intelectuales, profesores, monjes, y todo tipo de "bajadores de línea" es bastante comprensible... desde la experiencia personal de su vida.



"Lo obvio" es... que no hay nada obvio en este mundo.


Que hay 6.700 millones de opiniones diferentes sobre las cosas, según sea uno piedra o escaparate (vidriera). O según como le vaya a cada uno en la feria (mercado).



Por eso la gran ventaja de los libros de auto-ayuda es que son escritos básicamente, para que puedan ser leídos y comprendidos. Claro que los mercaderes que los escriben lucran y se llenan de dinero, para decirlo más fácil. Pero algo le deben brindar a los sujetos, para que se vendan millones y millones de esos libros. Practicidad tipo "herramienta" (Formato amigable)... tal vez...




En la era de la comunicación y del internet, ya es hora que los que producen las ideas renovadoras y didácticas, también se molesten en lograr un estilo al que puedan acceder todas las personas que saben leer.



Para que esas bellas torres de marfil sirvan para algo, para que la soberbia de los tahures del conocimiento, de los suertudos de la vida, también les sirva a los otros.



No espero que las irritantes diferencias de títulos y honores se terminen. Ni la Revolución Francesa pudo acabar con eso. No ocurrirá.

Aunque se asemeje a una crítica antipática, solo es un parecer, mi opinión personal
.













1 comentario:

  1. Juzgar es una actitud que impide
    ser tolerante.
    La tolerancia crea sociedades libres.

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