JUEGOS ABURRIDOS, JUEGOS MISERABLES

Frente al juego "calculable",

que soportamos a diario,

cansado, aburrido y miserable,

por previsible, por inefable.

Me gustaría hacer cosas "difíciles",

que me permitió Mi Era,

porque tuve Abuela, aunque no lo crea.

Llevar de nuevo la cartera colegial

levantarme tarde, disfrutar tal cual,

jugar con mis amigos, sin más,

que no me "llamen", sentarme atrás.

Tocar una "teta", usar un compás.

Sentir inocencia frente a tu presencia,

juntar figuritas, buscar mi mamita,

perseguir hormigas, colgarme de vigas,

entrar a potreros, tirar los "sombreros".

Pelearme con nenes, que eso si que duele.

Pero no pudo ser, "tuve que crecer".

Y comprendí tarde que hay miserables,

los juegos de grandes no son soportables,

no usan juguetes, solo descartables,

cuanto más "ingeniosos" más adivinables,

yo no lo sabía, por eso me aburren,

juegos poca monta, juegos execrables.


Por eso te digo...

¡Cuida toda cosa que por "magia" tuya,

siga siendo hermosa!

A CONFESION DE PARTES…

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, defendió ayer que los jefes de Estado y de Gobierno tienen que hablar claramente y "con franqueza" sobre la gravedad de la crisis financiera internacional y se mostró partidario de identificar a los responsables de la situación y sancionarles.

"Debemos preguntarnos sobre nuestras responsabilidades. Hoy, millones de personas en todo el mundo tienen miedo por sus economías, sus apartamentos, por los ahorros que han colocado en los bancos", dijo el mandario galo en un restaurante neoyorquino durante el discurso pronunciado al recibir un premio de la Fundación Elie Wiesel.

"Nuestro deber es darles respuestas claras. ¿Quién es responsable del desastre?. Que los responsables sean sancionados y rindan cuentas y que, nosotros, los jefes de Estado, asumamos nuestra responsabilidad", añadió. "Si no hablamos claro, no construiremos un mundo de estabilidad", insistió Sarkozy.

EL OCASO DE LOS IDOLOS

“No se vende”

Se observaba en todos lados. Para Pablo Gurletti era claro. Lo gritaban los desaforados transportes, el bus, el tren; lo gritaban las películas del cine, pero más fuerte el Internet.
Ciego y sordomudo. Como era conveniente. Como las miles de personas sin rostros, que pasaban, secretamente, a su lado. El Tiempo había llegado.

Humos tóxicos, rios rojo herrumbre, paredes de ladrillos muy grises, neones titilando, fábricas carcomidas con sus vidrios rotos, bandas famélicas revisando la basura, las cocheras y aterieres, filas de famélicos. Los Signos que se ocultaban con las manos, que como tienen dedos se veían por las hendiduras.

Calles desoladas, negocios vacíos, no consumidores, muchos vividores.

Un silencio se hace pausado, paulatino, todos callan de voces malgastadas y como si rugiera del fondo de la nada, se escucha entre todo, …Obama, Obama...

Viejo mundo cansado aún espera, vibra y siente por lo menos lo inminente.
“Todos los incurables tienen cura, cinco segundos antes de su muerte” según Almafuerte.

Sigue…