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viernes, 9 de marzo de 2007
PODER DESTRUCTOR DEl DESEMPLEO
Extractos de un trabajo de ELINA AGUIAR, (*) Publicado en Revista de Psicología y Psicoterapia de Grupo, T. XX, N 1, 1997. Bs.As.
Elina Aguiar es Psicóloga Clínica. Miembro Titular de AAPPG. Integrante de la Mesa Directiva y Coordinadora de la Comisión de Salud Mental de la APDH.
La desocupación es un fenómeno extendido en toda Latinoamérica. Los desocupados en todos los países, los “parados”, se auto-culpabilizan, se automarginan. Excluidos del mundo laboral, pueden caer en el aislamiento.
Dada la mala situación económica y la propia desocupación en el mundo “extra-laboral” la solidaridad parece casi imposible, cuando los mismos amigos sufren algo parecido e intentan en vano solucionar el problema de la falta de trabajo. Los vínculos se resienten.
“Por otra parte en la Argentina, donde alcanzar un título universitario era un aspiración de un amplio sector social ("Mi hijo, el doctor"), la desocupación o sub-ocupación de los profesionales es hoy un hecho corriente y forma parte de los mitos urbanos como el del "arquitecto-taxista" por ejemplo.”.
En la medida en que desde los estamentos del poder, la sociedad no se hace cargo de los despojados de trabajo, esta sobrecarga recae sobre la pareja, familia, la escuela, etc.
Según Puget y col. (1993), es este concepto de pertenencia está incluida la idea de tributo como algo a lo que se renuncia y que es impuesto para ocupar un lugar. "Serle atribuido y atribuirse lo dado posibilita aceptar la posición que se le atribuye y atribuírsela". Es imposible no tener un lugar, pero el desocupado pierde su posibilidad de elegirlo. Y desde que quedó sin trabajo ya tiene un lugar en lo social, el lugar estigmatizado del "desocupado". Según sus otros apuntalamientos sociales, sus otras pertenencias, podrá correrse o no de ese lugar de excluido.
Según un análisis hecho por M.T. Sirvent, las múltiples pobrezas no se agotan en el diagnóstico de las carencias que hacen a la satisfacción de las necesidades llamadas básicas (trabajo, salud, vivienda, comida). "se trata de necesidades fundamentales pero no tan obvias como la necesidad de protección o cuidado, la necesidad de pensamiento reflexivo o entendimiento y la necesidad de participación política. Cualquier necesidad humana que no es adecuadamente satisfecha socialmente, genera procesos de exclusión y de aumento de a violencia internalizada en las relaciones sociales" (Sirvent, 1996).
Se genera así el "terror al desempleo"; se trata desde el poder de una coacción física y simbólica para "reorganizar una nación a beneficio del centro del poder económico. Este terror tiene efecto de verdad en los cuerpos (suicidio, enfermedades psicosomáticas, cardíacas, etc.) y en las relaciones sociales.
Reflexiones finales
La inserción social y laboral es esencial para "la salud mental producto de las relaciones sociales y su evolución histórica, de la capacidad de desarrollar una perspectiva integradora de la realidad... y construir con ésta vínculos activos, transformadores"... "Por eso la importancia para la salud mental de un pueblo de aquellos acontecimientos que afectan sustancialmente las relaciones humanas". (S. Bermann, 1995).
Las personas y sus familias ante la desocupación, necesitan emprender una lucha contra la enajenación –un proceso de desalienación-, dado que el desempleo es entre otras cosas, una táctica de alienación y control social. Por ello es necesario interrogarse sobre la articulación de las representaciones sociales e intersubjetivas que se ponen en juego con la desocupación. Descubrir los puntos de anudamiento por los que las personas desocupadas entran en relación con su entorno y detectar así las incidencias intra e intersubjetivas.
La facilidad con la que sigue ocurriendo el desempleo amenaza los cuerpos, las mentes, las relaciones sociales y las instituciones. Para no convertirnos en "población en riesgo", al estar expuestos a una sobrecarga adicional, creo que es necesario agruparnos, re-pensar juntos nuevas propuestas y buscar los focos resistenciales a la alienación que operan en los intersticios más inesperados de cada uno, de cada pareja, de cada familia y del entramado social.
Como trabajadores de la salud estamos ante un nuevo desafío: ¿Qué respuesta daremos? ¿Cómo pensar entre todos nuevas alternativas y llevarlas a los hospitales, a las cátedras, a los planes de estudio, a las instituciones profesionales y a las prácticas?
Decía ya en 1956 el poeta J. Gelman en su "Oración de un desocupado":
Padre,
Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,
que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido,
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay...
bájate un poco, contempla
esto que soy, este zapato roto,
esta angustia, este estómago vacío,
esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre
cavándome la carne,
este dormir así,
bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
tócame el alma, mírame
el corazón,
yo no robé, no asesiné, fui niño
y en cambio me golpean y golpean,
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
si estás, que busco
resignación en mí y no tengo y voy
a agarrarme la rabia y a afilarla
para pegar y voy
a gritar a sangre en cuello
porque no puedo más, tengo riñones
y soy un hombre,
bájate, ¿qué han hecho
de tu criatura, Padre?
¿Un animal furioso
que mastica la piedra de la calle?
Poder Destructor del Desempleo
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"no sé de qué sirve haber nacido" en ese verso el poeta lo resume muy bien, en definitiva el trabajo, viene a calmar el alarido existencial; de algún modo te da el sentido de utilidad. Sentirse necesario es una manera de amordazar a la muerte, es combustible para escribir y protagonizar una historia que contaran otros.
ResponderBorrar¿Qué podríamos hacer? Entre las aspiraciones que tenemos para la formación de nuestros futuros ciudadanos, deberíamos agregar la de generar trabajo para otros. Quizas es la más práctica y por lo tanto la más comprensible y posible de realizar.
Saludos.
Es típica en Latinoamérica la figura del "arquitecto-taxista". Algo patético como consecuencia de unas clases dirigentes ineptas y que solo buscan su beneficio personal cuando ejercen el poder. Saludo.
ResponderBorrarY pensar que si bajo!! Pero ahora nos toca hacer algo porque no se puede seguir escuchado el clamor y quedarse sordo. Tenemos que hacer algo pero que es eso? Como quitarle el poder de destruccion a esto que se como nuestras esperanzas y que nos reduce a papel desechable?
ResponderBorrarPasé a saludarte.
ResponderBorrarEy victor que onda? ya extraño tus preguntas, aparecete no?
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