Cuatro años de crisis económica mundial es
demasiada carga para la gente, sin contar los años que falta transcurrir “Ya
que el mundo cayó en manos de unos locos con carné” dice un poeta (Serrat)
Estar desempleado (parado) como víctima de
la actual violencia económica que se ejerce contra los trabajadores,
desangelados, jóvenes, viejos, discapacitados,
pobres, inmigrantes, solos o desubicados, provoca grandes sensaciones de
exclusión, desvalimiento y auto-descalificación.
Esta es una
sociedad pensada para jóvenes de 25 a 40 años (excluyente, como anuncian los
pedidos de trabajo).
En un primer momento el desempleo genera
estupor y culpa por estar “fuera”; el afectado queda perplejo. Se observan efectos
psicológicos negativos en las personas y sus familias aunque esto no se refleje
en los grandes medios masivos.
En sí misma, la búsqueda misma de un trabajo
es una experiencia estresante y la situación de desempleo genera angustia, frustración
y rabia en aumento, que se prolonga por meses si la persona no consigue un
trabajo y en lugar de sentirse discriminado se ‘auto-culpabiliza’ por una
situación que es generada por el estado de las cosas (desempleo y creciente
pobreza global). A su vez el paro laboral provoca inseguridad y permite formar
“ejércitos” de desocupados ‘dispuestos a todo’ con tal de trabajar.
Es cierto que el apoyo psicológico al
desempleado puede ayudar, pero por lo general consultar a un psicólogo profesional
queda fuera de sus posibilidades económicas. Aún en medio de este “sálvese
quien pueda” la contención familiar y de las redes sociales de amigos y conocidos
puede ser la clave para no enfermar.
Los psicoanalistas no pueden hacerse cargo
de los problemas económicos y sociales, que es tarea de políticos y economistas,
salvo dentro de instituciones gubernamentales o de obras sociales.
Es un problema del huevo o la gallina,
porque mientras las condiciones económicas mundiales sigan siendo inciertas
habrá que trabajar de lo que se pueda y bajará el consumo, agravando a su vez
la crisis económica real.
La incertidumbre sobre el futuro familiar,
laboral y social es una situación enfermiza que puede causar violencia social, donde
se pierden todos los parámetros de una vida digna; por eso se entiende
fácilmente que los manifestantes de todo el mundo deseen hacer valer sus
derechos y por ese mismo motivo la revista TIME los eligió como el Personaje
del Año 2011. La crisis es una ruptura de las posibilidades normales y de los
recursos que permiten una armonía social.
La crisis produce inseguridad y violencia,
que son las últimas respuestas de los excluidos.