Sé que nunca se me
creyó simpático pero desde mi “Manifiesto del Consorcio” pasaré a la lista
negra de las “Personas No Gratas” en todos los condominios del Orbe, incluyendo
Tasmania. Mientras hago las valijas para escapar del sexto consorcio del que me
expulsan les dejo estas abominables reflexiones que aterrorizarán a muchos.
Capítulo V
Como bien es sabido,
muchos conflictos del condominio se organizan alrededor de:
1)
El humo y
olor de la cocina de Fulana.
2)
¿Por qué
cocinan pescado con aceite rancio?
3)
Los perros como Octava Plaga, que vienen a
sumarse a los cuatro jinetes del Apocalipsis y al encargado o portero, que es
el quinto.
4)
Los niños
que lloran en forma irrespetuosa; gritan a la hora de la siesta; corren y
desorganizan.
5)
Los ancianos
que hacen perder tanto tiempo en el ascensor.
6)
La música
altísima que no deja dormir, vivir ni respirar.
7)
Las parejas
que expresan su amor en voz alta y audible.
8)
Los ruidos
de los demás apartamentos. Los ruidos internos. Los espantosos ruidos internos
que producen los progresistas, los conservadores, los desaprensivos, los
comunistas, los terroristas y las modistas, los unos y los otros y todos.
9)
Los que usan
el ascensor como si fuera propio.
Por lo presente
estimados señores: Se elimina su condominio o consorcio y todas sus horrendas
molestias. Se demolerá este edificio en menos de 24 horas y sus habitantes irán
a vivir a las salinas, el desierto rojo, o si quieren que se muden a Madagascar,
no hay problemas.
Se prohíben desde hoy
todos los puntos mencionados más arriba.
Se prohíben los humos
y olores; los perros; los gatos; los niños; los estéreos; los viejos; los
porteros y encargados y para el bien de todos se clausura el edificio. ¡Al fin!
Muerto el perro se acabó la rabia.
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