martes, 27 de mayo de 2008

EL EXAMEN DE INGLES


Un Cuento de Víctor Michelón

Mónica es una querida amiga mía desde que fuimos compañeros de facultad, épocas en que pasábamos innumerables días y noches estudiando materias para rendir parciales y finales.


Cuando éramos estudiantes de psicología se aprobó una nueva resolución por la cuál en lugar de rendir dos idiomas extranjeros (inglés y francés) bastaba con aprobar uno solo de los dos. Esto representó una ventaja para mí que justamente trabajaba como traductor de inglés en medicina, psiquiatría y psicología.


El tiempo pasaba y a Mónica siempre le quedaba "colgando" el famoso idioma hasta el día en que le comenté que me iba a inscribir para rendir los tres niveles de inglés en forma "libre". En ese momento se le iluminó la cara y me dijo "nos anotamos... lo damos juntos". Comprendí que no sabía "ni jota" de inglés y que quería venir conmigo para copiarse o algo así imaginé yo. Como era discreto no hice ningún comentario al respecto aunque si cruzamos alguna que otra mirada cómplice y nos reímos un poco.


No quería ser psicóloga en Inglaterra, claro.

Una mañana de frío fuimos a rendir el examen en el Nacional Buenos Aires -sabe Dios por qué- con sus filas de pupitres de madera, tintero de esmalte incluido. Entramos al aula juntos pero no nos sentaron en la misma fila, sino separados por el pasillo del medio metro reglamentario que había entre filas. Sentí un poco de angustia ajena porque no entendía como pensaba copiarse Mónica, porque además nos "tocó" una traducción con temas distintos. Mi traducción de dos páginas era algo así como "El método deductivo y el inductivo en ciencias". Sin mirarla ni un instante traduje el material en diez minutos o lo que tardé en escribir esas dos páginas en castellano, aunque lo hice en forma disimulada para que nadie advirtiera mi rapidez. Después cobrando valor miré hacia la derecha donde a medio metro estaba sentada "de lo más campante" mirando el escrito al derecho y al revés.


Resultó inútil que buscara signos de angustia en su cara. Parecía estar esperando que yo terminara con mi escrito porque de todas formas la duración del examen era de 75 minutos con acceso a un diccionario. Junté mis dedos moviéndolos arriba-abajo en un claro signo de interrogación, porque no tenía idea qué cosa íbamos a hacer. No es que me gustara el asunto porque en ese momento éramos "carne de expulsión" pero acepté las posibles consecuencias. Ella me guiñó un ojo, "fichó" que nadie nos viera -todos ocupados- y me pasó su hoja pidiéndome con gestos la mía. Querida Mónica, ¡me encantaría que leyeras esto!


Con su hoja en blanco firmada y sellada sobre mi pupitre, entendí rápido con pavor que tendría que "hacer" otra letra y el examen de ella. Pánico que le dicen.

No recuerdo cómo incline mi letra hacia la izquierda con otra lapicera de trazo fino pero otra vez pude terminar el examen en diez minutos -el miedo no es sonso.

Mónica había terminado exitosamente su examen. Intercambiamos de nuevo las hojas y a los 40 minutos después de haber entrado al Buenos Aires estábamos en un bar reponiéndonos/ me. Todavía pálido pero contento mientras ella se reía con esa risa contagiosa que solo tienen las personas que amamos. Cuando me compuse un poco y café de por medio me dijo grave "¡Aprobamos todo!". Tragicómico para mí. Retiramos las libretas dos horas después aprobando todo.

No suelo ser paranoide, pero no sé quién es ahora Rector en psicología: ¡Esto solo es un cuento y nunca ocurrió!. ¡Olvídenlo!

lunes, 26 de mayo de 2008

Conmigo los buenos.


Están los superhéroes de la pantalla que por suerte conducen los asuntos hacia un final feliz. Lo sabe cualquiera que entienda de cine o televisión.
Pero por más resiliente que sea, un héroe no tiene una identidad propia para las personas de la comunidad... “al ídolo se le puede adjudicar lo que cada miembro desea, pero éstas proyecciones fantasmáticas no tienen porque coincidir necesariamente con la condición “real” del héroe en cuestión” (Michelón 1993) y tal vez sea demasiado para un ídolo popular que la gente lo crea “capaz de todo”, caso típico de “Maradonización” de quienes son amados por el público.
Seres que suelen estar condenados a la soledad de una lucha desigual, creación emergente de una sociedad y momento dado. Por eso también su veloz caída, su fugacidad, el problema de la fama. No poca cosa.
Lo que olvidan muchos -el tango es generoso al respecto- es su propia responsabilidad personal como “animalitos del bosque”, porque es propio de todos los cuentos de hadas que muchas hormiguitas, abejitas, picaflores, conejitos del bosque logren “ayudar” al protagonista para que cumpla con sus metas.
En eso tal vez reside el valor social de los cuentos de hadas donde siempre triunfan los valores éticos, y pierden en cambio los “malvados”, como diría Bruno Bettelheim, quien realizó muchos estudios sobre el papel “moralizante” ó de formación de valores y resiliencia que poseen los “fairy tales” o los cuentos para niños. Como se observará estos habitantes del bosque no son iguales entre sí, aunque manifiestan su voluntad para que se produzca el “final feliz”, que abre lugar a la fantasía.
Se me ocurre agregar para terminar esta breve comunicación que no usa en absoluto la “jerga” psicológica, que quizás lo más importante que puedan tener esos cuentos infantiles para los enfermos, débiles o excluidos no sea su mensaje en sí, sino el afectuoso tono de la voz, de la actitud pre-verbal y para-verbal que utilizan quienes los cuentan, que para los niños afortunados es su mamá o el amor materno, para los enamorados el objeto de su pasión, pero para los excluidos y enfermos puede ser cualquier persona que les haga pensar que esa vida que poseen, vale la pena.
Todos necesitamos además del alimento y calor la presencia testimonial de un otro que nos escuche y pueda accionar, para “garantizar” nuestro dolor y alegría.
"El que esté libre de ...

viernes, 23 de mayo de 2008

BELLEZA.


Son francamente divertidas las muchas teorías que desean explicar porque la gente es linda. Explican lo inefable.


Teoría 1) Las mujeres más hermosas son las que poseen generosos pechos, fuertes piernas y buena cola, porque del punto de vista biológico se rían más capaces para reproducción, y por eso los machos las buscan.

No conocieron a mi abuelita italiana, petisita y sin forma alguna, que se casó con un apuesto norteño pelirrojo que la ayudó a tener 11 hijos. ¿Y la biología?. Yo que sé.


Teoría 2) Las personas más bellas son más simétricas que las demás, su cara posee una simetría que, como tablero de ta-te-ti, ubica todo bien dispuesto. Alto y ancho adecuados, ojos a la misma distancia y del mismo tamaño, nariz perfecta en el medio, respingada. Jean Paul Belmondo, Al Pacino, Burt Lancaster, Charles Aznavour, Mick Jaegger, ¿cómo es que consiguieron tanto éxito con las senioritas?. Yo que sé. De simétricos ni una.


Teoría 3) El famoso perfil griego, señores, en la actualidad es un simple narigón.


Demás está decir que todas las actrices de los años 40 y 50 eran una señoritas gordas (disculpen la pavada) como Gina Lollobrigida, Sofía Loren, Ana Magnani, Jane Mansfield, Mamie Van Doren, verdaderas antiguedades que volvieron locos a los hombres de todo el planeta, gorditas..... Yo que sé. Se dice cada pavada por ahí.

jueves, 22 de mayo de 2008

FELIZ PARA SIEMPRE


FELIZ PARA SIEMPRE

Hoy puedo decir que soy feliz plenamente, diafanamente. Les contaré la historia para que señores míos/señoras y niños, puedan también escapar de la cruel mazamorra del inevitable destino.

Un día que paseaba distraído por las calles de mi ciudad, encontré al “amor de mi vida” – alma gemela – media naranja – el aleph de todas las cosas, aunque ella no sospechaba. La charla resultó fácil, simpática, agradable, que sumado a su belleza cautivante ocupó todo mi ser de inmediato. Fuimos novios ya no recuerdo cuanto tiempo, nos casamos y en el éxtasis de lo mejor de la luna de miel, me escapé del motel de 5 estrellas con una sola y única finalidad: Pensar en ella. Luego fueron gratos mis días ya que en todas partes estaba ella, y sigue ocupando todos mis pensamientos y fantasías 38 años después, la amo locamente. Siempre muy dentro de mí su bella imagen juguetea con mi alma, con las infinitas posibilidades que pudieron ser.
Alguien me mostró una mujer indeseable y defectuosa de todo punto de vista y me juró por Dios que esa, si, esa era ella. No era mi ángel del amor, la recuerdo nítidamente. Y así fui feliz en lo amoroso y lo sigo siendo, y lo seguiré siendo.

Resuelto un problema, me aboqué al segundo que me preocupaba más. El nefasto dinero. Es que sufría taquicardia cuando pagaba las cuentas mensuales, cuando me compraba ropa nueva, cuando modernizaba mis equipos, cuando iba de compras al supermercado. Un día dije ¡Basta, no seré un consumidor! Y modestamente empecé despacio, apagando las luces innecesarias, mirando menos y menos televisión, resistiendo el frío en invierno para no usar gas. A la luz de la vela me parece mentira como lo logré, olvide los consumos de insumos materiales. Entiendo que pueden decir que tengo que comer, consumir hidratos, grasas y todas esas alimentaciones enfermantes, porque no voy a contraer diabetes, colesterol, hipertensión, artritis, arteriosclerosis ni ninguna de esas cosas, porque en lugar de comer, Ayuno, ya no para ahorrar, sino para no pescarme una de esos azotes que flagelan a la humanidad.

Un shavabaravanda hindú me explicó que un brahmán no come, pero tampoco siente deseos. Es cierto, era un budista. Matando los deseos se acabó la rabia. Nada deseo de nada. Basta de computadora, mp3-4, tele-visor, mensajitos (El único inconveniente que he tenido es que un día al pasar por una de esas casas de electrónica pude ver de refilón al programa Bailando por un Sueño y uno no es de madera, sino de cartón, y ahí mismo me di cuenta que esos horribles cuerpos de mujer destruían mi filosofía y herían indirectamente a mi amada, que les mencioné al inicio. Nada de eso seniles, senioritas ni soñando. Seré fiel a mi amada).

Por motivos valederos no puedo seguir mencionando las diversas maniobras de mi liberación del mundo material y de mi cuerpo lujurioso. Pero non temáis.

Volveré y seré: Más flaco...

miércoles, 21 de mayo de 2008

QUÉ NOS SUCEDE VIDA, QUÉ…



En un acto de imaginación (¿?) pienso ¿que puede sentir quien me lee ahora?, cuando yo mismo no sé lo que voy a poner. ¿Cuándo en mi vida voy a enterarme de eso?
Hay regresos que no deberían ocurrir nunca, la página en blanco me hace pensar que no tendría que hacer esto por ahora. Blanco de tedio, de aburrimiento, de soledad… falta de deseos… frustraciones.
Mi rompecabezas empieza cuando comprendes que, en la agitada vida actual, no hay lugar para compartir cosas, salvo que bailes, cantes, o vivas por un sueño. Por eso pensé proponer un Campeonato de Macanazos, con un premio vital y móvil de 10.000 dólares, ya que siendo esto un Macanazo, suspendo de inmediato el convite. Lástima porque tengo vocación para el rejunte.

Ya que me declaro perfectamente inútil para producir un fenómeno creativo, voy a lo fácil, me gano el loto y fueron felices y como perdices. Ya se inventó la televisión. No. Necesito crear algo distinto del conocido:
“He sido pobre y he sido rico, He sido sano y he sido enfermo, He estado solo y acompañado por bellas mujeres.
Es mejor rico, sano y acompañado por bellas mujeres”.

Por eso acepto ideas para enriquecerme, embellecer, rejuvenecerme, resplandecer, aunque nunca claudicar. Vamos, muestre un poco de su amor, envíeme recetas, fórmulas y pócimas para centuplicar mi goce en la vida, hágala corta y déme.

Así estamos todos, con el efímero egoísmo cumplido, sa-tis-fe-chos, y los demás no son mi problema. Desértico paisaje que muestra en vivos colores la estrecha individualidad aterrorizante de un televisor prendido, al que no mira nadie, porque tampoco nos miramos. Bravo Robinsones, la Isla es vuestra, ahora ¿qué coño se hace con una isla?

Manden fruta.