En 2013 el encendido de la televisión
abierta en Argentina descendió un 5 % y la industria gráfica (diarios y
revistas) sigue retrocediendo frente al Internet y las tecnologías
inteligentes.
Gran parte de la culpa de esto la
tienen los comerciales que molestan al usuario logrando que olvide lo que
estaba viendo. Esta es una época donde la gente no quiere esperar en absoluto
las propagandas que son para el espectador una gran pérdida de tiempo. Conozco personas
que no suscriben a la televisión por cable porque se produce el mismo fenómeno,
interrupciones. Por otro lado nadie desea pagar cable para ver películas del año 2003 repetidas hasta el cansancio, o series de 40 minutos con 20 minutos de interrupciones.
Quizás habría que plantearse el
modelo entero de la propaganda e interrupciones en TV porque mediante el zapping se sale del
canal que nos hace perder tiempo y en esta época la comunicación humana ha
cambiado hasta darle mayor libertad al espectador o consumidor.
Cuando hace más de veinte años, fines de los ochentas y principios de la fatídica época de los noventas, se empezó a difundir masivamente el sistema de televisión por cable, el argumento de venta, o marketting, fue proponer que este producto ofrecía al televidente la posibilidad de disfrutar de una amplia variedad de canales temáticos y de cine sin cortes publicitarios. Algo que parecía un lujo impensable una década antes. El nuevo servicio que llegaba ahora por cable directo al living de cada usuario, se solventaba no en base a los anuncios publicitarios sino del pago del cliente. Los canales de aire tienen la ventaja de que su recepción es gratuita, por eso el televidente tenía que aceptar la publicidad como medio de soporte económico de ese servicio. La televisión por cable vino a proponer un servicio sin cortes para el cliente que acepte pagar un canon mensual que sumará para el mantenimiento de ese servicio empresario y la correspondiente ganancia para quienes emprenden dicha actividad comercial.
Aunque parecen mias estas reflexiones, son cuestiones preocupan a los CEO de los grandes medios que no saben bien como "diversificarse" para no desaparecer.
Cuando hace más de veinte años, fines de los ochentas y principios de la fatídica época de los noventas, se empezó a difundir masivamente el sistema de televisión por cable, el argumento de venta, o marketting, fue proponer que este producto ofrecía al televidente la posibilidad de disfrutar de una amplia variedad de canales temáticos y de cine sin cortes publicitarios. Algo que parecía un lujo impensable una década antes. El nuevo servicio que llegaba ahora por cable directo al living de cada usuario, se solventaba no en base a los anuncios publicitarios sino del pago del cliente. Los canales de aire tienen la ventaja de que su recepción es gratuita, por eso el televidente tenía que aceptar la publicidad como medio de soporte económico de ese servicio. La televisión por cable vino a proponer un servicio sin cortes para el cliente que acepte pagar un canon mensual que sumará para el mantenimiento de ese servicio empresario y la correspondiente ganancia para quienes emprenden dicha actividad comercial.
Aunque parecen mias estas reflexiones, son cuestiones preocupan a los CEO de los grandes medios que no saben bien como "diversificarse" para no desaparecer.
Además, cuando nos interesa una serie o producto dado la compramos en circuitos legales (que son caros) o ilegales (lo habitual).
También han surgido sitios com que solo vende cine de toda clase a un precio mucho menor que la televisión por cable y sin cortes publicitarios.
Así como desaparecieron los Video
Club y sus cadenas internacionales (Blockbuster, por ejemplo) no dudo que los
próximos años presenciarán una fuerte transformación de la publicidad obsoleta
como se la conoce hasta ahora.
Los jóvenes en particular casi
ignoran la televisión ya que realizan actividades interactivas dentro de las
redes sociales como Twitter y Facebook.
El paradigma ha cambiado y una
transformación se avecina.
Habrá que ver cómo se adecuan los medios tradicionales a las novedades tecnológicas y al futuro ya que se manejan con esquemas de la década de 1970.
Habrá que ver cómo se adecuan los medios tradicionales a las novedades tecnológicas y al futuro ya que se manejan con esquemas de la década de 1970.
Ya no se disfruta, es compulsivo el consumo a traves de la media de la internet ha impuesto el cambio de paradigma, adaptarse al agresivo bombardeo de información inútil (que no permite disfrutar del logro alcanzado por la tecnología) quizás permita una mejora que perpetúe el motivo por el cúal mentes nobles han trabajado durante tanto tiempo. Incluso escuché en radio Nacional Rock que ya no se usan blogs, jóvenes inmaduros que son arriados y conducen a otros por el mismo camino.
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