La crónica policial da cuenta de
numerosos crímenes y agresiones cometidos “por amor” pero en la actualidad se
mencionan menos las afecciones que el amor no correspondido genera.
El amor hereos o mal de amores era
considerado por los médicos medievales y renacentistas como una afección que
requería de un tratamiento.
En los tratados médicos orientales y
occidentales se creía que el amor era una patología nerviosa.
El médico Bernardo de Gordonio en su
libro Lilio Medicinal (circa 1.300 A.D.) describe los síntomas como:
“…una angustia melancólica causada
por el amor a una mujer (…) el hombre olvida dormir, comer y beber; su cuerpo
adelgaza, su cuerpo se debilita menos los ojos. Queda sumido en ensoñaciones
secretas y profundas (…) su corazón late más presuroso en presencia de su amada
(…) si se lo deja de atender el enfermo cae en manía o muere…”
La cura de esta afección según B. de
Gordonio en su tratado Lilio:
…“Finalmente, si no tenemos otro
camino sigamos el consejo de las viejas para que ellas la difamen y la
desacrediten en cuento puedan, porque tienen un arte sagaz para esto, más que
los hombres... Por tanto, búsquese una vieja de muy mal aspecto, con grandes
dientes, barbas, con fea y vil vestidura, y traiga debajo de sí un paño untado
con la menstruación de la mujer. Acérquese al enamorado y comience a hablar mal
de su enamorada, diciéndole que es tiñosa y borracha, que se mea en el cama y
que es epiléptica, hiere de pie y de mano, que es corrompida, que en su cuerpo
tiene torondos, especialmente en su natura, que le hiede el aliento y es sucia,
y diga muchas otras fealdades, como saben decir las viejas. Si por estas
fealdades no la quiere dejar, saque el paño de la sangre de su menstruación y
mostrándoselo súbitamente delante de su cara déle grandes voces diciendo,
“Mira, tu amiga es como este paño”, y si con todo eso no la quiere dejar, ya no
es hombre sino diablo encarnado y enloquecido. De ahí en adelante piérdase con
su locura…”
Puede esbozarse una similitud entre
el amor eroico y la melancolía que Freud describió en “Duelo y Melancolía”
Para Freud: “La melancolía toma
parte de sus caracteres del duelo y la otra parte del proceso de la regresión.
Igual que el duelo la melancolía implica pérdida del objeto de amor.
Uno podría suponer que la forma de
no quedar a merced del mal de amores es la de no enamorarse o cambiar con
frecuencia de objeto amoroso para no quedar dependiente de uno de ellos. El
amor implica también dolor, no hay opción salvo huir de él.
Materiales consultados:
“El Lugar del Amor en el
Psicoanálisis” Maurice-Moshé Krajzman. Ediciones Nueva visión, Buenos Aires,
1988.
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