sábado, 18 de julio de 2015

MAL DE AMORES: EL AMOR HEROICO



La crónica policial da cuenta de numerosos crímenes y agresiones cometidos “por amor” pero en la actualidad se mencionan menos las afecciones que el amor no correspondido genera.   
El amor hereos o mal de amores era considerado por los médicos medievales y renacentistas como una afección que requería de un tratamiento.
En los tratados médicos orientales y occidentales se creía que el amor era una patología nerviosa.
El médico Bernardo de Gordonio en su libro Lilio Medicinal (circa 1.300 A.D.) describe los síntomas como:

“…una angustia melancólica causada por el amor a una mujer (…) el hombre olvida dormir, comer y beber; su cuerpo adelgaza, su cuerpo se debilita menos los ojos. Queda sumido en ensoñaciones secretas y profundas (…) su corazón late más presuroso en presencia de su amada (…) si se lo deja de atender el enfermo cae en manía o muere…”

La cura de esta afección según B. de Gordonio en su tratado Lilio:

…“Finalmente, si no tenemos otro camino sigamos el consejo de las viejas para que ellas la difamen y la desacrediten en cuento puedan, porque tienen un arte sagaz para esto, más que los hombres... Por tanto, búsquese una vieja de muy mal aspecto, con grandes dientes, barbas, con fea y vil vestidura, y traiga debajo de sí un paño untado con la menstruación de la mujer. Acérquese al enamorado y comience a hablar mal de su enamorada, diciéndole que es tiñosa y borracha, que se mea en el cama y que es epiléptica, hiere de pie y de mano, que es corrompida, que en su cuerpo tiene torondos, especialmente en su natura, que le hiede el aliento y es sucia, y diga muchas otras fealdades, como saben decir las viejas. Si por estas fealdades no la quiere dejar, saque el paño de la sangre de su menstruación y mostrándoselo súbitamente delante de su cara déle grandes voces diciendo, “Mira, tu amiga es como este paño”, y si con todo eso no la quiere dejar, ya no es hombre sino diablo encarnado y enloquecido. De ahí en adelante piérdase con su locura…”

Puede esbozarse una similitud entre el amor eroico y la melancolía que Freud describió en “Duelo y Melancolía”
Para Freud: “La melancolía toma parte de sus caracteres del duelo y la otra parte del proceso de la regresión. Igual que el duelo la melancolía implica pérdida del objeto de amor.

Uno podría suponer que la forma de no quedar a merced del mal de amores es la de no enamorarse o cambiar con frecuencia de objeto amoroso para no quedar dependiente de uno de ellos. El amor implica también dolor, no hay opción salvo huir de él.


Materiales consultados:

“El Lugar del Amor en el Psicoanálisis” Maurice-Moshé Krajzman. Ediciones Nueva visión, Buenos Aires, 1988.

“La filosofía, la medicina y la poesía en la Edad Media: Sobre el amor”
M. Teresa Rodríguez González

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