Quería escribir para que todos
supieran cuál es mi verdadera vocación de escritor famoso y rico cuyos Best
Seller se difunden por todo el mundo y nadie puede ignorar.
Con derechos de autor del 10 % del
precio de tapa me aseguro 3 o 4 dólares por cada uno de los millones de libros
que vendería. Al vender un millón de libros me haría de 3 o 4 millones de
dólares, nada mal para un libro solo. Pero yo iba a hacer muchos libros
imprescindibles así que tenemos que multiplicar por 20 más o menos. Sólo quería
ser un Stephen King, o en su defecto un Humberto Eco, que juntara el dinero con
pala.
En mis ratos de ocio soñaba
concentrarme en las playas del Mar Mediterráneo en compañía de esas señoritas y
yates que te entregan junto con el título de escritor famoso y los euros que te
ganas. Pensaba comer rico y disfrutar los placeres de la carne: de ternera, de
pollo, de cerdo. Ese era el sueño que me impulsó a escribir este modesto blog
gratuito para que tú también aprendas a soñar en grande.
Sólo te pido que no te dediques a
ser escritor porque me molesta en demasía la competencia y no pienso repartir con
nadie mis millones ganados a punta de pura tinta, de sudor, de lágrimas por los
finales tristes.
Ya ves que soy generoso. Por eso
no te molestará contribuir módicamente a mi fortuna personal de gran escritor
al enviar aunque sea un euro, o cinco duros.
Pero si te agarra la pasión por
las letras no dejes de enviar cheques de 500 y de 1.000 euros que serás
reconocido pues te haré el personaje de mi próxima novela.
Si quieres ser el personaje único
de mi novela, el héroe, el protagonista y que yo jure por dios que todo es
cierto y que yo lo presencié, ahí tendrás que enviarme algunos millones de
euros porque a Cyrano de Bergerac no le salió barato ser un personaje romántico
y famoso. A Don Quijote tampoco.
Jorge Luis
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