“Cuando la limosna es
grande hasta el Santo desconfía”
Lo que esperan todos
los desempleados a cualquier edad es recibir alguna oportunidad para trabajar o
conseguir sitios donde poder competir por un trabajo de acuerdo a sus
capacidades. En ese verdadero deseo por quedar incluido social y económicamente
no faltan quienes, conociendo su estado de necesidad, lo aprovechan para
engañarlo y lucrar a su costa.
Basta mencionar un
trabajo fácil y accesible e inmediatos pagos o superiores a los del mercado,
para que las víctimas sean presa fácil de embaucadores.
Hay muchos modos de
engañar a los ingenuos y si a esto sumamos las ofertas internacionales de
personal online vía Internet, se completará el engaño.
Desde supuestas compañías
extranjeras que encargan trabajos que se realizan y envían pero nunca se pagan
por infinitos problemas de sistemas o bancarios hasta empresas que bajo la
excusa de hacer “pruebas de capacidad” obtienen excelentes materiales que luego
comercializan. Las formas que adopta el engaño son variadas.
Por eso es importante
que ante una oferta de trabajo online, aunque se haya publicado un aviso que
demanda personal, se investigue vía Internet los comentarios que hicieron las personas
que ya tienen experiencia con ese sitio de trabajo. Cobrar la mitad del trabajo
por adelantado es otro buen recaudo.
Mediante un buscador
y más exactamente en Wikipedia y otros sitios, se llevan registros pormenorizados
de cada una de las estafas a la buena fe de los trabajadores. Eso causa que los
estafadores cambien siempre de fachada y es increíble como logran imitar y mimetizarse
con empresas serias.
Obviamente no estoy
hablando de las compañías que son serias, sino de timos que no tienen otra
finalidad que obtener dinero por adelantado o explotar gratis el trabajo de sus
víctimas.
Las crisis largas
suelen sacar afuera lo mejor y lo peor de los seres humanos.
Seas quien tú seas,
¡a cuidar los frutos de tus manos!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario