martes, 24 de septiembre de 2013

¡ESQUIZOFRENICO DIPLOMADO!


Este certificado con evidente fin humorístico y la transmisión de una verdad que gusta poco “a los formales” de la psicología y la psiquiatría no es obra de cualquiera sino de: Alfredo Carlos Moffatt (12 de enero de 1934) psicólogo social, psicodramatista y arquitecto argentino. Fundador de la Escuela de Psicología Argentina, es conocido como uno de los discípulos predilectos de Enrique Pichón Rivière. Su carrera se caracteriza por distintos aportes en el ámbito comunitario y por el desarrollo de innovadoras terapias populares.
Su psicoterapia, notoriamente vinculada con la filosofía existencial, presupone que la identidad se ve determinada por los proyectos que dan sentido a nuestra vida. De ese modo, cada uno se define por la relación con aquellos otros con quienes construimos un camino en el tiempo.
Cuando uno escribe sobre Alfredo Moffat queda siempre la sensación de traicionarlo ya que es difícil sintetizar los libros que ha escrito, los viajes realizados, las miles de fotografías tomadas y la influencia que ha tenido como psicólogo. Para que esto no ocurra les recomiendo que entren a su página personal donde hallarán materiales increíbles e inéditos de todo punto de vista. Hago lo que puedo ya que esto es un blog. Habría que reconocer aún más a Alfredo como psicólogo y sus increíbles aportaciones en muchas cuestiones.   
Todo el material de esta nota fue tomado de:

www.moffat.org.ar
Así inicia su página personal donde comparte su material, libros y fotografías con todos los que lo deseen:
Este material tiene el fin solidario de transmitir teorías y técnicas, para reparar la vida donde sea necesario.
This material has the humanitarian aim to teach theories and techniques to repair life wherever it is necessary.

 Casamiento de Daniela y Alfredo en Octubre del 2011

Autodescripción de Alfredo Moffat en uno de sus diversos libros:


 “Hace cuarenta años yo era un psicólogo absurdo, porque me había especializado en locura y pobreza, y ahora que el país se volvió  loco y pobre se me vino encima, pero no me sepultó, seguiré peleando, y me siento más útil que antes.
Mis 74 años me dan una perspectiva de vida que me permite comprender mejor esta aventura del existir (el psicólogo, como el diablo, sabe más por viejo que por psicólogo...)
La red de experiencias que hemos fundado todavía sigue viva: El Bancadero cumple veinticinco años en estos días, la Cooperanza en el Borda (donde Alfredo Olivera creó La Colifata) veintiún años, Las Oyitas en Matanza seis años, nuestra Escuela de operadores, dieciocho años, y hemos organizado muchísimas jornadas y cursos, formando operadores de crisis en todo el país y latinoamérica.

Este libro sintetiza la experiencia compartida con muchísima gente que peleó bravamente para disminuír el dolor psicológico en grupos de riesgo en hospicios, villas, en catástrofes y también en las situaciones de crisis psicológica por las que atravesamos en nuestra vida cotidiana.
Y también a los que continuaron mis enseñanzas e hicieron nuevas experiencias: Carlos Sica con el E.P.S., Lea Furman en la Cooperanza, Teresa Rodas con la Casa de Teresa,  Ada Alvarez en las Oyitas, Nomi Lerner en el programa de Radio Nacional. Y los compañeros de ruta en toda esta pelea por la humanización de la psicoterapia y la psiquiatría, que me ayudaron a pensar la Terapia de Crisis: Angel Fiasché, Fernando Ulloa, Wilbur Grimson, Tato Pavlovsky, Claudia Bologna, Raúl Camino, Mirtha Viamonte, Carlos Campello, Laura Jitrik, Marisa Wagner… y muchos otros.
Las personas con las que pude crear la Peña Carlos Gardel, el equipo del  Bancadero, la Cooperanza y Las Oyitas, Rodolfo Livingston, Fabio Lacolla, Mercedes Volpellier, Diego Nacarada, etc. y los equipos de nuestras escuelas"...

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