VIS-Vatican Information Service, viernes 4 de octubre del 2013.
Los excluidos (pobres, ancianos y jóvenes en su mayoría), desempleados y jubilados comparten en común de una gran cantidad de tiempo “libre” y una falta de dinero alarmante que les impide comprar los cachivaches que representan el “Tener para Ser” Han perdido la organización estructural de la vida –horarios, vinculaciones sociales y lugares- que proporciona un trabajo; muchas veces se encuentran perdidos, solitarios y angustiados. Y esto es lógico porque los demás que completan nuestras vidas, por lo general están ocupados, salvo en familias donde sus miembros no trabajan.
No es “ocio” lo que disfrutan
todos los excluidos del sistema porque no tienen recursos económicos para
ocupar su tiempo pagando la oferta de múltiples actividades recreativas
(Gimnasio, Yoga, Talleres de escritura, Clubes)
Nuestra sociedad deja de lado a
quienes no producen: pierden valor económico, social y una fuerte baja de la
autoestima que repercute sobre la salud física y mental. Son marginados,
verdaderos zombis sociales.
Desde hace un tiempo estoy mirando
un programa de la Televisión Española
en que atribuladas personas y distintos profesionales –incluso muy capacitadas-
piden ayuda económica y de todas las clases posibles por televisión debido a la
crisis española. Siempre logran que alguien los ayude con dinero, comestibles,
reparaciones en sus casas y otras muy diversas. He viste a un hombre llorar
cuando le ofrecieron un trabajo que pedía desesperado por televisión, llorar de
alegría. Gran cantidad de jóvenes españoles están desempleados o han emigrado a
Alemania.
En esta época nefasta la gente
trabaja de cualquier cosa y sin ninguna
pretensión salarial (trabajan muy barato) para resolver su drama vital, pero es
probable que todos los abandonados por este sistema económico y social sientan mucha
rabia y bronca, ya que no logran comprender por qué les propinan semejante
‘golpiza’ Muchos de ellos empeñan los ahorros de una vida o hipotecan su casa para
transformarse en “autónomos” en hotelería, bares, comercios diversos, pero en
su mayoría no los acompaña la suerte.
Esta situación tal como la describió
ya en 1996 la escritora francesa Viviane Forrester en su libro “El Horror
Económico”: “Se dice que la extinción del trabajo es apenas coyuntural, cuando
en realidad por primera vez en la historia, el conjunto de los seres humanos es
cada vez menos necesario”…
En mi país los grandes medios no
dedican muchas páginas a la situación y de hecho muchos argentinos comunes no
saben muy bien lo que ocurre “afuera” Muchos especialistas siguen considerando a
la economía actual como una Gran Recesión pese a que todo indica que estamos
frente a verdadero cambio de época con reglas de juego nunca vistas antes y
pérdida de valores mantenidos por siglos.
No me extraña el auge en Europa de
los partidos neonazi o neofascistas ya que algunos de los factores que llevaron
al ascenso de Hitler y Mussolini se repiten hoy en día: alta desocupación,
desvalorización de la moneda y decepción y descontento generalizado de las
clases medias: resentimiento frente a la economía que los sojuzgaba. En Grecia
hace unos días encarcelaron al líder de un creciente movimiento neonazi que ya
tenía 18 diputados en el Parlamento.
Me asombra que los políticos
neoliberales del libre mercado sigan ganando elecciones prometiendo “más de lo
mismo” sin plantear cambios y que la gente que sufre en carne propia estas
ideas los sigue votando, aunque después no saben qué hacer con sus gobiernos
como ocurre en Grecia, España e Italia. Yo no lo entiendo.
No se trata de hacer una crítica
anticapitalista y listo. Con toda seguridad no pasaremos al “socialismo”. Se
trata de crear nuevas opciones y alternativas compatibles con la caótica
realidad mundial y en este sentido todos los grupos de indignados no dicen lo
que hay que hacer porque tal vez no lo saben con precisión o no coinciden entre
ellos, pero expresan a viva voz que No quieren esto.
Dijo hoy el papa Francisco:
“En cuanto a nuestra realidad
actual, me pregunto si hemos aprendido esta lección de la Pacem in Terris. Me pregunto
si las palabras “justicia” y “solidaridad” están sólo en nuestro diccionario o
todos trabajamos para que se conviertan en una realidad. La encíclica del beato
Juan XXIII nos recuerda claramente que no puede haber una verdadera paz y
armonía si no trabajamos por un mundo más justo y solidario, si no superamos
egoísmos, individualismos, intereses de grupo, y esto a todos los niveles”.
El Santo Padre ha señalado que la encíclica del Papa Juan XXIII focaliza una consecuencia de base: el valor de la persona, la dignidad de cada ser humano, que siempre hay que promover, respetar y proteger. Y no sólo los principales derechos civiles y políticos deben ser garantizados -afirmó el Beato Juan XXIII - sino también ofrecer a todos la oportunidad de tener acceso realmente a los medios básicos de subsistencia, alimentación, agua, casa, salud, educación y la oportunidad de formar y mantener una familia”…
El Santo Padre ha señalado que la encíclica del Papa Juan XXIII focaliza una consecuencia de base: el valor de la persona, la dignidad de cada ser humano, que siempre hay que promover, respetar y proteger. Y no sólo los principales derechos civiles y políticos deben ser garantizados -afirmó el Beato Juan XXIII - sino también ofrecer a todos la oportunidad de tener acceso realmente a los medios básicos de subsistencia, alimentación, agua, casa, salud, educación y la oportunidad de formar y mantener una familia”…
http://www.news.va/es/news/papa-lampedusa-es-una-verguenza-nunca-mas-similes
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