martes, 16 de diciembre de 2014

FIESTAS DE FIN DE AÑO



A veces no reparamos en que vivimos en un país generoso donde mucha gente puede aún disfrutar de las fiestas y seguir las mejores tradiciones de nuestros padres y abuelos.
Sin duda las fiestas son para muchos una ocasión de disfrutar y conectarse con su familia a la que no siempre pueden ver como les gustaría. 
Los niños que tienen esa posibilidad, son muy felices como lo era yo de pequeño al ver a toda mi gran familia reunida y no menor eran los regalitos, muestra del afecto que nos tenían los “grandes” de la familia, padres, tíos, abuelos: fueron nuestras costumbres durante años y lo siguen siendo.

A poco de pensar en las fiestas nos enfrentamos a un panorama de crisis económica mundial que incluye desempleados (aquí también) personas que han perdido incluso sus casas, manifestantes descontentos en todo el mundo que son portada de revistas y zonas del mundo donde no hay fiestas porque impera el odio, la destrucción, el hambre o la guerra: situaciones terribles que por suerte no existen bajo esa faz por ahora en nuestro país (deseo ¡que nunca existan!) 
Pero muchos padres de familia no pueden alimentar a sus hijos y los bajaron de clase social al despedirlos del trabajo o al pagarles debajo de la línea aceptable. Así de duro es, así de injusto.

Y sigo con respeto mencionando a todos los servidores públicos: enfermeras, médicos, bomberos, telefonistas, guardias de urgencia de toda clase, transportistas y todas las personas para las que no hay fiestas porque cumplen con un servicio público muy necesario: Merecen lo mejor porque renuncian a sus fiestas para brindarnos servicios.

Aparece también en el panorama el lado B de las fiestas: la falta de seres queridos que nos acompañaron gran parte de la vida por pérdidas, distancias geográficas, problemas de divorcio, padres separados, familias enemistadas.
Están las pasiones tristes: broncas, rencores, celos, envidias ¿Como negarlo? 
Y hay que afrontarlo porque también existen aunque nos duela.

Decía Sigmund Freud que alcanzar la felicidad ‘duradera’ es una tarea casi imposible salvo esos ratos donde todo esta bien y soñamos con cosas mejores, el fulgor de un instante. Pero también decía que el hecho de que sea inalcanzable no impide que debamos buscar ser felices por todos los medios, sin perjudicar a terceros claro.

Así que sin considerar la posición que se ocupe, podemos hacer un poco más felices a nuestros seres queridos que son lo más importante. Un llamado, una sonrisa, una comunión temporal, una mirada cómplice, risas bien intencionadas, hacernos presentes antes los nuestros. Sólo eso esperan quienes nos quieren bien. Seas el que tu seas cuida de tus frutos.

No es preciso hacer regalos costosos, impresionar a nuestros hijos o mandarnos la parte mediante una buena cena y fiesta.

Quien le quiere bien, amigo, se conformará con lo que usted pueda dar, compañía, un gesto, una actitud, un poco de ese cariño será para su ser querido es todo lo que necesita para ser feliz.

No soy hipócrita. Sé que rodeados por una difícil situación económica y una fuerte caída no es tan sencillo ni fácil como escribirlo. Pero debemos intentarlo porque nadie se preocupará por nosotros y nuestros seres amados si no lo hacemos nosotros mismos por ellos.

Tregua a preocupaciones por unos días. El 2015 traerá todo lo demás y espero que sea muy bueno.

¡FELICES FIESTAS AMIGOS Y BUEN AÑO NUEVO!        

No hay comentarios.:

Publicar un comentario