Muchos
intelectuales y pensadores de toda clase, opinan que los libros de auto-ayuda
son una literatura menor escrita por mercachifles, chantas, algo que leen quienes no se animan a consultar a un psicólogo, mirar
telenovelas, participar de las nuevas iglesias de dios, estudiar con detalle
los problemas astronómicos, psicoanalizarse para atravesar el fantasma o sufrir como sufre la gente o hallar el sentido de la vida,
triunfar de alguna forma (Winner) u obtener de una vez por todas los cinco
minutos de fama que todos merecemos en esta perra vida and so on, and on
Dice Rodrigué en “La Respuesta de Heraclito”:
...“Este es un borrador de un libro de autoayuda. La autoayuda está mal vista, no
sé bien por qué, o sí sé bien por qué: la gente no toma muy en serio
el-adelgace-en-15-días (no lo toman en serio, pero vender, vende); un
psicoanalista escribiendo libros de autoayuda puede ser un quemo, poco
respetable.
Yo soy médico y cambiando de tema tengo que confesar que el
psicoanálisis siempre me dejó frustrado ante la magra cosecha que nuestras
ayudas prestan…”
Pero
la verdad es que los sujetos y sujetas hacen todas las cosas antes mencionadas, y muchísimas
otras más (trabajocolismo, televisión compulsiva, cultos diversos, adicciones varias,
religiones orientales, versiones edulcoradas de la vida que poco tienen que ver
con la realidad, variaciones sexuales, mirar películas pornográficas y un
millón de etcéteras incontables) que no figuran ni de lejos en las teorías académicas
convencionales ni figurarán jamás en el DSMX.
El
arte de vivir no se enseña en sitio alguno, no se aprende en ninguno de los
circuitos tradicionales ni los más extraños o sofisticados, exceptuando, quizás,
al Budismo Zen, tampoco.
El arte de vivir es muy difícil y criticar a los que perdieron
en el casino de la vida, es muy fácil = Descalificarlos. Una especie de
xenofobia intelectual, típica los que utilizan sus títulos universitarios y CV
como Marca Registrada de posesión. Fashion ¿no?...
No
hay una escasez de materiales de lectura. Lo que ocurre todos los días en el
ámbito secular es que siempre que uno sepa leer, claro está -porque hay miles de millones de habitantes
de la tierra que no saben leer bien- puede acudir a algunos materiales básicos que
les permitan comprender un poco, el mundo en que vivimos.
La
mayoría de las personas de carne y hueso no saben qué cosa es el estructuralismo, existencialismo,
multiculturalismo o quiénes son o han sido Jacques Lacan, Vivianne Forrester, Jurgen
Habermas, Noam Chomsky, Slavoj Zizek, Zygmunt Barman o el nombre de sus
gobernantes o ministros actuales.
Desconocen casi
por completo al "mundo central" de la ciencia, literatura y la
poesía.
Ignoran
por qué deberían leer tamaña enciclopedia para comprender lo que les ocurre en
su vida diaria. Suerte que tampoco es necesario que lo hagan.
Sin
ofender a nadie, quiera Dios, Enrique Santos Discepolo, escribió hace más de 70
años un tango que resume la idea general, bastante bien:
1935
Letra
y Música: Enrique Santos Discépolo.
CAMBALACHE
Que
el mundo fue y será una porquería, ya lo sé;
En
el quinientos seis y en el dos mil también;
Que
siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos,
Contentos
y amargaos, valores y dublés,
pero
que el siglo veinte es un despliegue de Malta insolente
Ya
no hay quién lo niegue; vivimos revolcaos en un merengue
Y
en un mismo lodo todos manoseaos.
Hoy
resulta que es lo mismo ser derecho que traidor,
Ignorante,
sabio, chorro, generoso, estafador.
Todo
es igual; nada es mejor;
Lo
mismo un burro que un gran profesor.
No
hay aplazaos ni escalafón; los inmorales nos han igualao.
Si
uno vive en la impostura y otro roba en su ambición,
Da
lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos,caradura o polizón.
...
Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remaches ves llorar la Biblia contra un calefón.
Siglo
veinte, cambalache problemático y febril; el que no llora, no mama,y el que no
afana es un Gil. Dale no más, dale que va, que allá en el horno nos vamo a
encontrar. No pienses más, echate a un lao, que a nadie importa si naciste
honrao. Que es lo mismo el que labura noche y día como un buey que el que vive
de los otros, que el que mata o el que cura o está fuera de la ley....
Puede argumentarse que esa letra favorece el conformismo, el individualismo, el pesimismo, la falta de compromiso. Se puede argumentar lo que se quiera... ¡espero!
Si
esta expresión poética no tuviera importancia alguna, no hubiera sido prohibida
o "cajoneada" por diversos gobiernos.
Como
no podemos ser todos universitarios, académicos, arquitectos ni abarcar la infinita
complejidad del sentido de la vida ni de los tiempos que corren, defiendo el
derecho a que cada uno se defienda como mejor pueda.
Los
peces, infinitamente sabios, saben perfectamente que como su medio es el agua,
deben nadar y vivir dentro de ella si desean sobrevivir.
Nadie en absoluto
podrá explicarles los beneficios del aire puro de vivir en las sierras.
Por
este mismo motivo puede comprenderse que los ciudadanos comunes y corrientes tengan
una sana Alergia hacia todo lo que no logran comprender del todo bien.
La
repulsa generalizada hacia los poderosos, políticos, intelectuales, profesores,
monjes, y todo tipo de "bajadores de línea" es bastante
comprensible... desde la experiencia personal de sus vidas.
"Lo
obvio" es... que no hay nada obvio en este mundo.
Que
hay 7.000 millones de opiniones diferentes sobre las cosas, según sea uno
piedra o escaparate (vidriera). O según como le vaya a cada uno en la feria
(mercado) y en dónde y cómo haya nacido (Azar puro)
Por
eso la gran ventaja de los libros de auto-ayuda es que son escritos
básicamente, para que puedan ser leídos y comprendidos por todos. Claro que los
mercaderes que los escriben lucran y se llenan de plata, dinero, para decirlo más
fácil. Pero algo le deben brindar a los sujetos, para que se vendan millones y
millones de esos libros. Practicidad tipo "herramienta" (Formato
amigable)... tal vez...
En
la era de la comunicación y del Internet ya es hora que los que producen las
ideas renovadoras y didácticas, también se molesten en lograr un estilo al que
puedan acceder todas las personas que saben leer medianamente.
Para
que esas bellas torres de marfil sirvan para algo, para que la soberbia de los
tahúres del conocimiento, de los suertudos de la vida también les sirva a los
otros.
No
espero que las irritantes diferencias de títulos y honores se terminen. Ni la Revolución Francesa
pudo acabar con eso. No ocurrirá por ahora.
Aunque se asemeje a una crítica
antipática solo es un parecer, mi opinión personal.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario