Sin dudas las fiestas
son para muchos una ocasión de disfrutar y conectarse con la familia, a la que
no siempre podemos ver tanto como nos gustaría. Los niños que tienen la
posibilidad, son muy felices, como lo
fui yo al ver a toda mi gran familia reunida y, no menor eran los regalitos,
muestra del afecto que nos tenían los “grandes” de la familia.
A poco de pensar en
las fiestas nos enfrentamos a un panorama de crisis económica mundial que
incluye desempleados, personas que han perdido incluso sus casas, manifestantes
descontentos en todo el mundo que son portada de la revista Time, y zonas del
mundo donde no hay fiestas porque impera el hambre.
Muchos padres de
familia no pueden alimentar a sus hijos y bajaron de clase social. Es así.
Y sigo, con todos los
servidores públicos: enfermeras, médicos, bomberos, telefonistas, guardias de
urgencia de toda clase, transportistas y todas las personas para las que no hay
fiestas porque cumplen con un servicio público muy necesario.
Aparece también en el
panorama la evidente falta de seres queridos que nos acompañaron gran parte de
la vida, problemas de divorcio, padres separados, familias enemistadas,
rencores, celos, envidias. ¿Como negarlo?
Y esto hay que
afrontarlo porque también existe aunque nos duela.
Decía Sigmund Freud
que alcanzar la felicidad ‘duradera’ es una tarea casi imposible salvo esos
ratos donde todo esta bien y soñamos con cosas mejores, el fulgor de un
instante. Pero también decía que el hecho de que sea inalcanzable no impide que
debamos buscar ser felices por todos los medios, sin perjudicar a terceros.
Así que sin
considerar la posición que se ocupe, podemos hacer un poco más felices a
nuestros seres queridos, que son lo más importante. Una sonrisa, una comunión
temporal, una mirada cómplice, risas bien intencionadas, hacernos presentes
antes los nuestros. Sólo eso esperan quienes nos quieren bien. Seas el que tu
seas cuida tus frutos.
No es preciso hacer
regalos costosos, impresionar a nuestros hijos o mandarnos la parte mediante
una buena cena y fiesta.
Quien le quiere bien,
amigo, se conformará con lo que usted pueda dar, un gesto, una actitud, un poco
de ese cariño será para su ser querido todo lo que necesita para ser feliz.
No soy hipócrita. Sé
que rodeados por la incertidumbre y una mala situación económica, sin lo
elemental y sin empleo o tras una fuerte caída, no es tan sencillo ni tan fácil
como escribirlo. Pero debemos intentarlo porque nadie se preocupará por
nosotros y nuestros seres amados si no lo hacemos nosotros mismos por ellos.
Tregua a
preocupaciones por unos días. El 2012 traerá todo lo demás.
FELICES FIESTAS
AMIGOS Y BUEN 2012 !