A casi todos nos gustan las películas o series de grandes historias de amor contadas con un telón de fondo de desastres o guerras, donde el amor triunfa pese a la adversidad. Son Amores Ideales.
Así, para el cine ya
no importa la terrible tragedia ocurrida en el trasatlántico “Titanic” en 1912,
sino el amor eterno de Jack y Rose.
En la película
‘Casablanca’ ambientada en la
Segunda Guerra Mundial uno de sus parlamentos más recordados
es: “El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos”.
En “Lo que el viento
se llevó” la historia de amor fallido entre Scarlett O’Hara y Rett Buttler
supera las realistas escenas de la
Guerra de Secesión de Estados Unidos (1860-1865).
En “Matriz”, Neo en
un momento debe elegir entre “salvar el mundo como lo conocemos” o salvar a su
amada, y salva a su amada.
En “La Novicia Rebelde ”
lo más importante es el amor.
En “Cleopatra” se
narra el amor real entre la reina de Egipto Cleopatra, y Marco Antonio en el
siglo I a. de C. y es protagonizada por Elizabeth Taylor y Richard Burton que
mantuvieron un amor apasionado en la vida real.
La película “Romeo y
Julieta” trata de un amor imposible y un final trágico, su popularidad me exime
de comentarios.
El romance resulta un
ingrediente indispensable en cine y televisión para alcanzar alguna esperanza
de taquilla o rating.
El amor ‘perfecto’ atrae e hipnotiza a los sujetos.
Sentarse frente a esa ‘gran fabrica de sueños’ que llamamos cine o televisión funciona como un efectivo calmante que nos permite soñar con amores ideales invencibles e inmunes al paso del tiempo y sin movernos de nuestro living, vivir excitantes vidas ajenas donde parece que “todo es posible”. Rompe con la monotonía de nuestras vidas, alejándonos de nuestros amargos problemas reales.
Alguno puede preguntarse si esto es un medio válido para calmar la natural angustia del vivir, y lo es. Tanto como leer un buen libro, recitar poesía, escuchar música o tomar sol.
El amor ‘perfecto’ atrae e hipnotiza a los sujetos.
Sentarse frente a esa ‘gran fabrica de sueños’ que llamamos cine o televisión funciona como un efectivo calmante que nos permite soñar con amores ideales invencibles e inmunes al paso del tiempo y sin movernos de nuestro living, vivir excitantes vidas ajenas donde parece que “todo es posible”. Rompe con la monotonía de nuestras vidas, alejándonos de nuestros amargos problemas reales.
Alguno puede preguntarse si esto es un medio válido para calmar la natural angustia del vivir, y lo es. Tanto como leer un buen libro, recitar poesía, escuchar música o tomar sol.
Claro que hay
diferentes gustos respecto de las películas y ya se ha dicho que ‘en el libro
de los gustos las páginas están en blanco’.
Me ha encantado tu entrada.. siiiiiiiiiiiiiii lo juro.
ResponderBorrary es que una buena pelicula con un amor de esos infinito y absoluto ..
me pierde.
admitiendo.. que el amor.. es otra cosa..
pero ese amor... vaya.. que .. me lo trago..
Buena entrada, si lo cojo yo te la pongo tan bella y tan estética.. que arrasaríamos entre tu texto y mis vestidos...
es broma..
Un beso