Prof.
Dr Phil Guillermo León Escobar Herrán, Profesor de la Universidad Gregoriana,
Roma.
Parte extraida de: http://www.celam.org/mision/Images/img_noticias/doc14fd0b940ebd08_07062012_922am.pdf
(Ver documento completo en www.celam.org)
La
Desinformación
Luchar
contra la desinformación es nuestro primer desafío. Conocer la realidad no es
fácil porque una de las tareas de quienes manejan el mundo es procurar - a
través de los mecanismos e instrumentos de la comunicación - impedir que se
vea, que se vea bien o proporcionar distractores que hagan posibles espejismos
o imágenes distorsionadas o falsas de esa realidad. De la calidad de la
información depende todo lo demás.
Información, publicidad y propaganda
trabajan al unísono y no es fácil no caer en la trampa. Una de las grandes
tareas está en la formación para el conocimiento y para el discernimiento.
Las
grandes reuniones de análisis nos indican que esta es una debilidad no
exclusiva de nosotros en la Iglesia sino compartida por casi todas las
organizaciones sociales de la sociedad civil y hay que asombrarse, aún de los
gobiernos nacionales de muchos estados.
En
muchos casos esto obliga a la compra de información o a tener una cercanía
especial con quienes tienen la capacidad de llegar a ella o de investigarla.
La
Santa Sede tiene organismos especializados y grupos de trabajo que saben mirar detenidamente
para Europa y más levemente para las otras partes del mundo en el proceso de la
búsqueda de la verdad. (A ello responden las diversas Academias Pontificias
tanto aquella histórica de Galileo como la más reciente de las ciencias
sociales o la de la Vida y muchas otras que cumplen tareas puntuales de
investigación así como aquel “tanque de pensamiento” privilegiado de la Civiltà
Catolica.) A ello pertenecen también los llamados “observatorios” que también
nosotros frecuentamos pero con las limitaciones propias de quienes dudan de la
potencia y de la potencia del catalejo.
Los antiguos “tanques de pensamiento”
han tomado direcciones diversas y no logramos además, hacerles seguimiento
puntual a sus desarrollos. Pero es evidente que en verdad se llega a las noticias,
a algunos datos pero difícilmente al sentido de lo pensado y del análisis de lo
que está ocurriendo.
Aparecida
- frente a esta realidad - reclama la conformación no de grupos ocasionales
sino constantes de elaboración, de pensamiento, de anticipación que serían
magnífica tarea para ser desarrollada por los laicos.
La
dirección del mundo está dada en el cruce de información. Es asombroso ver cómo
las grandes naciones contrastan información y visiones donde se estudia de
“todo” y se diseñan estrategias y tácticas de acción, cambios que han de darse
o inducirse y más aún qué debe informarse a la gente del común.
Es realmente
interesante analizar los desniveles en calidad de la mala información por
ejemplo de las reuniones de jefes de estado de América Latina y la calidad de
la medida, cifrada, precisa y además suscinta información de las que acogen a los
jefes de grandes naciones. Algo diferente ocurre con la información de las
grandes empresas que han de responder por los riesgos del capital a ellos
confiado. De resto la sociedad civil acumula noticias que no llegan a construir
información.
Todo esto implica que nuestro “VER” es deficiente.
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