Esta es mi amada mascota Bianca Michelon que perdí pero nunca olvidaré.
Este poema de Bukowski no solo es mi favorito, hace mención a un gato blanco. Bianquita mi amor te amaré siempre.
HISTORIA DE
UN DURO HIJO DE PUTA
Vino a la
puerta una noche golpeado, flaco, mojado y
aterrorizado
un gato
blanco bizco sin rabo
lo hice
entrar y lo alimenté y se quedó
llegó a
confiar en mí hasta que un amigo mordió la vereda
y le pasó por
encima
llevé lo que
quedó a un veterinario que dijo, “no hay muchas
chances… déle
estas pastillas… la columna
está
aplastada, pero fue aplastado antes y de algún modo
se curó, si
vive no volverá a caminar, mire estas
radiografías,
fue baleado, mire acá, las balas
todavía
están… además, alguna vez tuvo cola, alguien
se la cortó…”
Volví con el
gato, era un verano caluroso, uno de los más
tórridos en
décadas, lo puse en el piso del baño,
le dí agua y
pastillas, no las tragaba, no tocaba el agua,
metía los
dedos en el agua y le humedecía la boca y le hablaba,
no fui a
ningún lado, me pasaba mucho tiempo en el baño y
le hablaba y
lo tocaba con suavidad y me miraba
con sus ojos
azules bizcos y cuando pasaron algunos días
hizo su
primer movida
arrastrándose
con sus patas delanteras
(las de atrás
no le servían)
llegó hasta
la cucha
se arrastró
por la superficie y cayó en ella
fue como el
clarín de la posible victoria
sonando en
ese baño y en la ciudad entera, le conté
a ese gato
–que también la había pasado mal, no tan mal
pero bastante
mal
una mañana se
levantó, se paró, para caer de espaldas
y solo me
miraba
vos podés
hacerlo, le dije.
Lo seguía
intentando, se levantaba y caía
Finalmente
caminó algunos pasos, era como un borracho.
Sus patas
traseras no querían obedecerle, se cayó de nuevo, descansó
y se volvió a
levantar
Él insistió,
se levantaba y volvía a caer, una y otra vez,
Finalmente
Caminó unos
pocos pasos, era la viva imagen de un borracho
Sus patas se
negaban a obedecerle, cayó nuevamente,
/descansó
y nuevamente
se levantó
ustedes
conocen el resto de la historia: está mejor que nunca
bizco, casi
sin dientes, pero ha recuperado su gracia, y esa
/mirada
de sus ojos
pícara, no lo ha abandonado…
algunas veces
me hacen entrevistas, ellos desean saber
de mi vida,
de mi literatura,
yo me
emborracho, alzo en brazos a mi gato
bizco, herido
de bala, atropellado dos veces, rabón y digo:
/”Miren miren esto!!!”
ellos no
entienden nada, nada de nada, preguntan
algo por el
estilo de:”reconoce Ud. Influencias de Celine?”
“no”, levanto
mi gato, “por lo que sucede, con cosas
como esta,
como esta ¡!”.
Sacudo a mi
gato, lo llevo
Hacia la luz
brumosa por el humo y el alcohol, está relajado, él
/sabe…
este es el
momento en que la entrevista finaliza
a veces me
siento orgulloso cuando miro las fotografías
ahí estoy yo,
ahí está mi gato, hemos sido
retratados
juntos
él también
comprende que son boludeces, pero que de alguna
/manera te ayudan
Charles Bukowski
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