viernes, 7 de junio de 2013

ENTREVISTA AL ACTOR DE "DIVINO PASTOR GÓNGORA": RUBEN BALLESTER


P.: Dado el gran despliegue físico que demanda la obra ¿Cómo te preparas?

Tengo algunas rutinas. Desde la mañana comienzo un silencioso trabajo (en casa, en el subte, en la oficina) de ir poniéndome en eje. Que el cuerpo y mi mente sepan que esta noche tienen que estar disponibles para mí (a veces no puedo explicarlo, pero tengo que usar como herramientas al cuerpo y a la mente, a la que a veces tengo que engañar -como la engaño mientras actúo. Entonces voy tratando de no entrar en contradicciones, o sea que todo fluya para que converja a la noche. Si me surge alguna contradicción, trato de que el aparato que está trabajando para ponerme en eje, no se resienta ni se intoxique con otras cosas, es como si fuera cuidar al cuerpo creativo que esta noche tiene que ponerse afuera. También voy repasando la letra para que me aparezca como un rezo.
Antes de la función me bebo un té con sumo cuidado, de a poco, calentando la garganta.
Me tiro en el escenario bien despatarrado, para hacer contacto con el suelo, me estiro y me doblo sin hacer esfuerzos.
Me paro en el escenario frente a la platea y  trato de (es una sensación muy subjetiva) de que mi pecho este fuerte como un foco de luz que ilumine a la gente y que me cubra de cualquier onda rara que venga de la platea. Miro los cuatro ángulos de la platea, los del piso y los del techo, y trato de que mi mente y mi voz cubran todo ese espacio, miro las butacas y las imagino con gente que mira y que NO ME PUEDE AUNQUE LO INTENTE.

Que empiece la función.

P.: Ya que en la obra lloras, ríes, suplicas y cantas ¿Cómo vuelves a ser tú mismo y en cuánto tiempo?

Nunca dejo de ser yo. Siempre soy yo. Lo que DIVINO o cualquier personaje me permite ES VEHICULIZAR el juego que él me proponen y lo hago en un lugar SANO que es el escenario, donde yo me preparo para mentir/jugar/sentir y el público PAGA para que le mienta/juegue delante de su cara, sabiendo que el que está en el escenario lo va a llevar a hacer un viaje de mentirita que lo va a hacer reflexionar, reír, aburrirse en algunos casos y hacerle sentir que está en otro tiempo suspendido por los datos que tiró el actor (soy mexicano, estoy en el Siglo 18, me persiguen, me van a matar, etc.) Lo que más cuesta, y para esto está la formación es para PERMITIRSE jugar, imaginar las situaciones y hacerlas con la más posible verosimilitud para que no le haga ruido al público. Y en esto es muy importante la técnica, las técnicas que uno tiene para ponerse afuera, cuan entrenado esta para hacer y decir algunas textos no habituales, no cotidianos y en situaciones que tal vez nunca viviré pero puedo hacer correlaciones con vivencias o con una imaginación frondosa que le hago creer a mi mente que lo que está viviendo es VERDAD. Esto es importante porque tengo que dosificar cuándo, en que sílaba o en que vocal voy a poner un énfasis que me permita liberar toda la energía que una frase lleva. Esta es la parte más difícil. Porque lleva un conocimiento del texto, de la palabra, de la textura de la palabra, desde que lugar tengo que sacar la energía y en qué momentos tengo que respirar para poder seguir cantando o decir algo rítmicamente muy acelerado.
El deporte que hice y sigo llevando en mí, es también un gran aliado en mi formación. 
Lo único que me pasa cuando termino la función es que quedo con una vibración no habitual, no común, el cuerpo hizo cosas que cotidianamente no hace y mi imaginación estuvo volando por territorios que no son míos, aunque los hice míos. Y según la obra, con DIVINO quedo vacío, la obra me permite ponerme afuera y me vacío. En otras obras quedo con muchas ganas de hablar, necesito ir  a cenar y hablar mucho, cosa que no me pasa con DIVINO porque tengo mucho desgaste y prefiero escuchar a los demás a ser escuchado.

P.: Una persona que es diez personas ¿Cuál es tu secreto para no desequilibrarte?

No dejo de ser yo. Detrás de la máscara hay OTRO que maneja todos los movimientos, son como capas de cebolla que cada una expresa algo, pero ninguna es definitiva, debajo hay OTRO que maneja todo. Y supongo que es mi YO que tiene que hacer cosas para que el INCONSCIENTE no se dé cuenta. Por ejemplo, si un compañero me va a dar un cachetazo cuando llegue a tal palabra, mi INCONSCIENTE  sabiendo que me lo va a pegar YA empieza a defenderse, entonces lo tengo que engañar, mi YO LE DICE QUE CONFIE que no va a pasar nada, entonces me sorprendo cuando me dan el golpe, porque estaba preparado para que NADA PASE O SEA  NO ME IBAN A PEGAR...
El único secreto para no desequilibrarte es NO CREÉRSELA, no sentirse alguien especial por lo que uno hace, somos personas entrenadas para hacer estas cosas, de no ser así, nos convertimos en esos boludos de la farándula vernácula berreta que se creen artistas porque van a un programa de la tele. Uno en la tele es funcional al productor que te llama, si quiere,  te pone allá arriba, y si quiere te hace desaparecer, si uno piensa que esta allí es por su TALENTO perdiooooooo. 
Eso desequilibra, LA FAMA, lo que hay que buscar es el PRESTIGIO, algo que se construye lentamente, de a poco con trabajo y dedicación.

Cada obra tiene su manera de entrarle y a eso hay que sumarle lo que NOS PIDE EL DIRECTOR que a veces entiende de ACTUACION y a veces no entiende NADA y solo sabe de PUESTA EN ESCENA, entonces como uno tiene que poner el lomo, es importante aprender y entrenarse el todas las técnicas que uno pueda para no sufrir....porque sufrir en escena...es TERRIBLE, sufrir porque no me sale el personaje, AGHHH eso es una mierda.
Preparase es la consigna. Y saber que el lugar SANO es el escenario, y que LA VIDA es para VIVIRLA, el escenario es para ACTUAR.


RUBEN

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