sábado, 15 de junio de 2013

BABEL

“Solo se trata de vivir, esa es la historia”

Pero el Señor bajó para observar la ciudad y la torre que los *hombres estaban construyendo, y se dijo: «Todos forman un solo pueblo y hablan un solo idioma; esto es sólo el comienzo de sus obras, y todo lo que se propongan lo podrán lograr. Será mejor que bajemos a confundir su idioma, para que ya no se entiendan entre ellos mismos.»
De esta manera el Señor los dispersó desde allí por toda la tierra, y por lo tanto dejaron de construir la ciudad. Por eso a la ciudad se le llamó Babel,[a] porque fue allí donde el Señor confundió el idioma de toda la gente de la tierra, y de donde los dispersó por todo el mundo.

En la torre de Babel Dios inventó los idiomas como forma de castigo a la soberbia humana. Incluso dos personas que hablan el mismo idioma pueden no entenderse como ocurre entre argentinos y centroamericanos, españoles y latinoamericanos, ingleses y norteamericanos, ingleses y escoceses o australianos.
Las relaciones humanas patológicas se caracterizan por una fuerte lucha por el poder, por quien tiene la razón, por ganar la discusión; las ideas e intercambio son de menor importancia. El asunto es quien manda. Los juegos sociales de “superioridad” transforman la comunicación en una lucha intelectual a veces sin objeto alguno sino demostrar que somos “mejores” o más instruidos.
Muy en lo profundo nunca nos dará igual que alguien esté “con nosotros” o “contra nosotros” “El que no está conmigo está contra mi” es el extremo. Nos comportamos como mujer celosa entre dos opciones (O ella o yo). En la teoría de la comunicación a esto se le llama “Ilusión de Alternativas”.
Frente a un cartel de propaganda nazi que decía “Paz Nacional Socialista o Caos Bolchevique” la resistencia europea en la Segunda Guerra Mundial contestó con graffitis irónicos: ¿Papas o Patatas?
El peor enemigo del amor nunca será el odio sino la indiferencia, ignorancia o mero desconocimiento, cuestión que nunca es abordada. Gran parte de la humanidad sin ser ignorante o bruta, desconoce gran cantidad de cosas y suele no estar informada de qué va el mercado; tontos más peligrosos que los mismos enemigos (según la versión de que no podemos ignorar la materia en cuestión (¿?))
También la sociedad en que vivimos nos marca y delimita de que se puede hablar y de que no. Salir de estas reglas nos transforma en “locos” o “malvados” peores que los adversarios.
Dada la cantidad de acepciones de las palabras y de interpretaciones humanas, es un verdadero milagro que todavía exista la comunicación solidaria o social.
Nuestra misma biología animal nos lleva a disputar de toda forma posible diferentes “territorios”, posiciones, jerarquías y ganancias.
Somos animales políticos por el mero hecho de interactuar y relacionarnos. Por ese motivo es inútil insistir en que uno es “apolítico” para evitarse trifulcas que no desea ya que la abstinencia en si misma es una posición política que beneficia a algunos en detrimento de otros.
Aunque nos gustaría mucho, no se puede abandonar el “juego humano” mediante una asepsia total. Los neutrales solo cobran sentido cuando hay dos partes en disputa o en guerra, como ocurrió en Suiza en la Segunda Guerra Mundial ya que ahí se negociaban las cuestiones que no podían dirimirse en la guerra.
También es cierto que no hay “Ley del Interés” que obligue a tomar partido siempre y por ese motivo se tiene recelo de la gente “distante” y “fría” (Este esconde algo)
Amigos, acá estamos y Bote hay uno solo. Estamos todos dentro. Algunos prefieren triunfar, otros comerciar y otros tantos disfrutar. Algunos de nosotros preferimos saber debido a una gran curiosidad. Gatos abstenerse.




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