El título del post, se basa en los nombres que dábamos en la escuela primaria, a dos clases de alumnos diametralmente opuestos.
Los "Copiones" eran los chicos poco inclinados al estudio -aunque tal vez excelentes en otras cuestiones- que en cada prueba escrita que "tomaba la señorita", porque así le decíamos a la maestra, se copiaban inevitablemente de algún otro, o de sintéticos "machetes" (resúmenes)que escondían con gran ingenio, en alguna parte insospechable, la palma de la mano (muy obvio, pero para que entiendan) por ejemplo.
"Tragas", era la denominación que dábamos a los chicos estudiosos, aplicados y que se "portaban" bien.
No había resentimientos, por lo general, entre unos y otros, sino una sana convivencia basada en la mutua conveniencia.
Esta descolgada introducción tiene que ver con el tema de la propiedad intelectual, en literatura por lo menos, porque es un tema que, relativamente, conozco.
Todos conocemos a la 14.723 o Ley de la Propiedad Intelectual... derechos de autor sobre su producción, o copyright si lo decimos en inglés, o si figura en un libro refiriendo al autor del mismo. Todos los derechos reservados.
Otra forma de vinculación con la obra, es llamada Copyleft, que como para mí es un término nuevo, les paso con Wikipedia:
"Copyleft o izquierdo de copia[1] describe un grupo de derechos aplicados a una diversidad de trabajos tales como programas informáticos, arte, cultura y ciencia, es decir prácticamente casi cualquier tipo de producción creativa.
Sus partidarios la proponen como alternativa a las restricciones de derechos para hacer y redistribuir copias de una obra determinada de las normas planteadas en los derechos de autor o propiedad intelectual. Se pretende garantizar así una mayor libertad, cada persona receptora de una copia o una versión derivada de un trabajo pueda, a su vez usar, modificar y redistribuir tanto el propio trabajo como las versiones derivadas del mismo. Así, y en un entorno no legal, puede considerarse como opuesto al copyright o derechos de autor tradicionales."...
Quienes deseen más detalles, entren en esa u otra enciclopedia.
No podría profundizar en un post ambas posturas, ni las posturas intermedias entre las dos.
Alberto Laiseca escribió el libro cuya portada ilustra este post. También aparece en Argentina, en televisión por cable, contando diversos y "horroríficos" cuentos de suspenso y terror, sin que a él "se le mueva un pelo".
Nacido en 1941, escritor muy importante etc.- quién desee más datos: buscador. Este libro "Por Favor ¡Plagienme!" me parece muy creativo. Porque Laiseca "blanquea" una situación de la literatura, que es tan vieja como los primeros escritos sumerios, 6.000 años atrás... para decirlo de algún modo.
Los "Grandes Maestros" de la literatura universal, siempre formaron "escuelas" o corrientes de escritura, donde miles de discípulos conocidos o ignorados, se inspiraron en el gran escritor, aún mientras vivía. Algunos de ellos incluso, superaron al Maestro.
Así el poeta Petrarca, dió lugar al "petrarquismo", cuyos rasgos también aparecieron en "el Quijote", aunque fuera para burlarse de ellos, unos 250 años después.
La inspiración, la creatividad, la obra, siempre repiten elementos conocidos, transformándolos y creando una nueva criatura, mediante mucha transpiración... así fue la historia... así son los discípulos.
Laiseca en ese libro escribe ficticias declaraciones de partidos políticos, cortas novelas policiales, manifiestos sectarios de exquisita factura, organiza evangelios apócrifos, con la intención de demostrar ( a mí me convenció) que plagiar es una actividad muy difícil, si uno quiere hacerla bien.
Después de este "ensayo" de pensamiento (intento...) les permito copiar lo que quieran, y no precisamente porque haya leído los manifiestos de la ética hacker, que no los leí...
Yo ahora me preparo para mañana, que es domingo y pienso dejar a la computadora en negro. Apa-gada. Otros menesteres requieren de mis imponderables servicios.
De "Copiones" y "Tragas"
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