Los comerciantes se apuran en cerrar sus persianas. La soledad es norma en ciudades grandes como Buenos Aires. Se paran las rotativas. ¿Es acaso el fin del mundo?. No. Nos encontramos con una significativa merma de la actividad, porque mucha gente se va afuera, otras se refugian en sus casas, la mayoría de los que trabajan se toman sus licencias anuales y para quien no conoce el fenómeno, el paro es casi total.
Esto puede ser un problema para quienes dependen de actividades que necesitan constancia, para los semi-ocupados que no pueden ejercer lo suyo en las costas, y para los desocupados... porque escasean los "caza-talentos" -que están tomando sol.
Nada grave, nada serio, una interrupción que dura menos de dos meses de las actividades usuales.
Habrá luego un año para preocuparse... cada época trae su afán.
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