jueves, 25 de enero de 2007

NO

Era muy fácil que se mordieran las bocas, que se enlazaran las lenguas y enredaran sus cuerpos en la sábana blanca. La mesa estaba servida para que la naturaleza se abriera paso, pero ocurrió algo inesperado. Se abrió la ventana y él se distrajo, soltó la copa derramando el vino en el lugar equivocado. El viento traía otras voces, alguien lo llamaba desde el mundo. Acudió al afuera y ella quedó como testigo de un sueño de fiebre, de esos de infancia, de lluvia. Solo quiso que él se quedara… así como se quedaba su madre hace tanto, con las rodillas dispuestas, con el chocolate de la tarde, con la rayuela en la noche… pero no… él se marcha al encuentro de los hombres, de las calles, de los árboles, de todo lo que no es ella. Es que se ha vuelto tan poquita cosa, sobre todo en los últimos tiempos. Duerme en un rincón de la cama abrazando sus largas piernas y derramando lágrimas de azúcar. ¿Cómo pudo creer que alguien la vería en medio de la oscuridad? Pero los niños siempre creen y esperan, aún cuando se cierran las puertas y se caen las ventanas.
El camina junto a otros hombres, parece feliz.
Ella abre los ojos… un gato lame sus pies…

Publicado por Lo peor del mercado los 2:30 AM

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