viernes, 23 de febrero de 2007

¡NO SE ME OCURRE NADA!


No es la repetición de un tema de Joan Manuel Serrat.

Las personas creativas, que forman cosas a partir de la nada o de materiales pre-existentes, se enfrentan muchas veces con un “paro” de su proceso creador.

No es preciso ser un artista conocido. Todos vivimos alguna vez esa sensación de desear algo, comenzar a rebuscar como lograrlo, hasta para que nos salga bien esa maldita “composición”, como si estuviéramos en la escuela elemental. Y se detiene.

Nos entregamos a esa lucha por lograr un lindo dibujo, una fotografía, construir una pared, ¡vamos!... lo que publicamos en el blog. Pero de pronto “El Mundo se Detiene”, perdemos el deseo de terminar lo empezado, o de empezar algo nuevo. Nos sentimos bloqueados, cualquiera es mejor que nosotros, y el trabajo se detiene.

Nos ocurre a todos y también a los grandes artistas, como dan fe las obras que están inacabas de Leonardo da Vinci. Nunca terminadas.

Muchos factores pueden ayudar a esos “bloqueos” creativos. Sobre todo si quien los realiza se deja llevar por los resultados obtenidos, o por las opiniones ajenas.

Cuando el acto creativo se realiza con placer, se disfruta por el mero hecho de gozarlo, es más difícil que el proceso se detenga, que aparezca un “blanco” en la mente del realizador.

Algo parecido, tal vez, nos ocurre en la vida. Atravesamos procesos productivos, que nos proporcionan placer, que logran satisfacer nuestros deseos. La vida parece favorecernos, todo parece un concierto vital dedicado a nuestra persona.
En esas etapas favorables logramos hacer lo que nunca imaginamos. Por algún extraño “sino” estas épocas, como todo lo bueno, se terminan. Y nos sentimos de nuevo frente a un destino que no queremos siquiera soñar.

“Subibajas” normales en la vida de una persona. Porque nadie es enteramente productivo y creativo siempre, ni todo lo contrario. “Siempre que llovió, paró” o, por lo menos así ha ocurrido hasta ahora.

Que a cada sucesiva etapa de cambio y progreso la puede seguir otra de inmovilidad y retroceso.

Por eso no hay que dejarse guiar por triunfos o derrotas pasajeras, por las ganancias rápidas o las quiebras súbitas.

Lo que realmente importa es lo que ocurre a largo plazo, con el paso del tiempo. Por eso los balances comerciales se hacen una vez por año y no todos los fines de semana.

Por eso se juzga a un hombre también, no por un solo acto aislado o sacado del contexto, sino por su historia de vida. El famoso CV que te piden en todos los trabajos, que también es llamado Hoja de Vida.

Recuerda al juzgar tus actos, quien eres y lo que has hecho en lo que te ha tocado de vida. Porque eso es realmente lo que te define.

No apliques el “oportunismo” a tu propia persona… eso déjalo para quienes no te quieren.



1 comentario:

  1. Yo personalmente creo (de creer) mucho en los periodos improducctivos. Cuando no paramos de producir de repente, y aun si querer, hacemos trabajos en serie, casi casi como fabricados para la venta, (claro, hay sus honrosísimas excepciones, en la música Mozart y Bach, creo q en la pintura Diego Rivera); y despues de un rato como dice Paz creamos solamente "artefactos" literarios o artisticos,(mas bien artesanales), carentes de vida propia y originalidad. Sin embargo en los momentos de "paro", cuando de nuevo te da terror y te consume el vértigo ante la hoja en blanco, cuando te peleas con tu material y vez tras vez resultas derrotado, pero sin embargo sigues allí, intentando, pensando, buscando en tus oídos, o en tu piel o tus recuerdos, creo firmemente que se está gestando algo nuevo, poderoso y realmente artistico,(y si no pregúntele a Bethoveen). Claro también hay sus excepciones, como por ejemplo Mastropiero de Les luthiers, jejeje. Un abrazo Michelón

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