Slavoj Zizek
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Traducción de extracto por Víctor Michelón
…Desde la década de 1950, la psicología social hace variaciones sin fin de cómo, en la vida pública, todos estamos “usando máscaras”, adoptando identidades que ocultan a nuestro “verdadero ser”. Sin embargo, usar una máscara puede ser algo raro: algunas veces, y con más frecuencia de lo que creemos, hay más verdad en la máscara que en lo que suponemos nuestro verdadero ser. Recuerden a las personas tímidas que, mientras juegan los roles interactivos del ciberespacio, adoptan la identidad de pantalla de un asesino sádico y de un seductor irresistible – es demasiado simple decir que esta identidad es solo un suplemento imaginario, un escape temporal de la impotencia de su verdadera vida. El tema es, más bien, que dado que sabe que el juego interactivo es “solo un juego”, puede “mostrar su verdadero ser”, hacer cosas que jamás hubiera hecho en las interacciones de la vida real – en el disfraz de una ficción, se articula la verdad sobre él.
Lo negativo de este usar una máscara, es la extraña prohibición que hasta recientemente fue normativa de la pornografía : aunque mostraba “todo”, sexo real, la narrativa que brindaba el marco de repetidos encuentros sexuales era como una regla ridículamente no realista, estereotípica, estúpidamente cómica, poniendo en escena una especie de retorno de la comedia del arte, en que los actores no actúan como individuos reales, sino como tipos uni-dimensionales – El Misionero, el Marido …., la Mujer Promiscua. Esta extraña compulsión a hacer ridícula la narrativa no es un gesto negativo de respeto: si, nosotros mostramos todo, pero precisamente por esa razón queremos dejar claro que todo es un gran chiste, ¿que los actores no están realmente comprometidos?
Hoy en día, sin embargo, Este “¡Prohibido Pasar!” está crecientemente socavado : recuerden los recientes intentos de combinar al cine narrativo “serio” con la parodia “porno” del sexo, por ejemplo, incluir en una película “seria” escenas reales de sexo que son actuadas para lo real (vemos el pene erecto, la fellatio, y hasta la penetración realista); …
Y yo también estoy tentado de sugerir que la trepada de la “TV realidad” en sus diferentes disfraces, desde “novelas documentales” hasta “Supervivencia”, se basan en la misma tendencia subyacente para ofuscar la línea que separa a la ficción de la realidad. ¿Qué coordenadas ideológicas subyacen a esta tendencia?
En el Mercado actual, hallamos toda una serie de productos privados de sus propiedades malignas: café sin cafeína, cremas sin grasa, cerveza sin alcohol… Y la lista sigue: qué pasa con el sexo virtual como sexo sin sexo; la doctrina Collin Powell de guerra sin bajas (de nuestro lado, por supuesto) como guerra sin guerra; la redefinición contemporánea de política como el arte de administración experta de política sin política, hasta el liberal multiculturalismo tolerante de hoy día como experiencia del otro privado de su Otredad (el otro idealizado que danza bailes fascinantes y tiene un enfoque holístico, ecológicamente correcto hacia la realidad, mientras rasgos como una mujer golpeando quedan fuera de la vista?. La Realidad Virtual simplemente generaliza este procedimiento de ofrecer un producto privado de su sustancia: brinda a la realidad misma privada de su sustancia, del duro carozo resistente de lo Real – en la misma forma el café descafeinado huele y gusta como el café real sin ser el real, La Realidad Virtual es experimentada como realidad sin serlo.
¿No es esta la actitud del Último Hombre hedonista? Todo está permitido, uno puede disfrutar de todo, PERO privado de su sustancia que lo hace peligroso…
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